Las familias venezolanas no sólo deben preocuparse por encontrar productos como papel higiénico, harina y leche. Al vía crucis de cada día para llevar el pan al hogar se suma la búsqueda de carnes rojas, que aún cuando están sometidas a regulación de precios, se encuentran tan costosas como escasas.
Al hacer un sondeo por diversas carnicerías de Barquisimeto, no sólo se pudo constatar que la carne a precio regulado no se halla en ningún mostrador, sino que el precio del producto disponible oscila entre los Bs. 98 y 200, dependiendo del corte y tipo.
En el Frigorífico La Catalana, los encargados dicen no tener esperanzas de recibir carne regulada. Comentan que sólo llega a mercales y Abastos Bicentenarios.
Comercializan lo que tienen, pero no ofrecen a sus clientes la variedad de carnes que exhibían años atrás. En recorrido del equipo reporteril de EL IMPULSO, se constató que en la mayoría de los frigoríficos no contaban con costilla, lagarto e hígado. Sólo ponían a disposición de sus clientes carne de bisteck y molida, además de lomito que cuesta entre Bs. 180 y Bs. 230 el kilo.
Luigi Bertucci, carnicero, señaló que por razones de precio la carne más solicitada es la utilizada para sopas, que tiene un valor de Bs. 68 por kilo. No obstante, tiene par de semanas sin ofrecerla, puesto que sólo reciben dos reses por mes. Agregó que anteriormente recibían 16 reses semanales, razón por la cual han comenzado a vender carnes importadas.
Los carniceros denuncian que sus ganancias han bajado y escasamente producen para pagar los gastos que genera el local.
Juegan con el hambre
Para Zuquil Márquez, consumidora, los mandatarios “juegan con el hambre del pueblo. Hay necesidad. No conseguimos nada, ni leche, ni harina y tampoco la carne”.
Condenó la escasez de productos y dijo que es injusto que deban hacer colas en horas de la madrugada, en comercios del Estado, con la promesa de adquirir productos a precios regulados, puesto que lo poco que se encuentra en la calle es imposible de pagar.
“El estrés del pueblo es causado por la misma necesidad. Basta de hambre”, dijo Márquez.