El sobrepeso es la enfermedad del siglo 21, conlleva a una serie de enfermedades crónicas como la diabetes, aumento del colesterol, hipertensión, problemas cardiovasculares y esteatosis hepática.
La cirugía bariátrica se ha convertido en un tratamiento para tratar la obesidad, luego de que los pacientes han agotado todos los demás recursos. Dietas estrictas y ejercicios que muchas veces no pueden realizar por su exceso de peso.
Más que una solución estética, es una intervención que se realiza para beneficiar la salud del paciente.
A través de una entrevista vía Twitcam organizada por la comunidad Cero Grasa, el Dr. José Francisco Gómez Valery, médico internista, gastroenterólogo y experto en cirugía bariátrica, descifró los mitos, dio a conocer los beneficios y atenciones que debe tener un paciente que desea someterse a esta intervención.
Se trata de un cambio en el estilo de vida, con una nutrición adecuada. Comer hasta saciarse y con presencia de los tres grupos alimenticios. Proteínas, carbohidratos y grasas de manera equilibrada. Además, se debe adquirir una vida en movimiento y dinamismo, incorporando a las labores diarias el ejercicio moderado.
“La cirugía bariátrica es un recurso importante, pero que el paciente puede perder si no adquiere los hábitos para que el cambio sea continuo. Es una intervención que se puede revertir en el tiempo. Lo importante es que la persona esté consciente de que no sólo la cirugía es la solución, sino que además debe cambiar su estilo de vida para poder mantenerse”.
La cirugía bariátrica es una técnica quirúrgica, cuyo nombre se deriva de la raíz griega barium que significa pesado y diátrica que significa tratamiento. Consiste en alterar bien sea la capacidad que tiene el estómago de alojar los alimentos o disminuir la absorción de ciertos alimentos que puedan ser ricos en calorías. A través de estas dos características el paciente tendrá una disminución progresiva de peso.
Estas intervenciones pueden tener riesgos a corto y largo plazo, entre ellos una hipotensión, desequilibrios electrolíticos, es decir, disminuyen los niveles de potasio, deshidratación y arritmias cardíacas, los cuales son consecuencias ante cualquier cirugía. Mientras que a largo plazo la cirugía bariátrica puede conllevar problemas de absorción no sólo de alimentos, sino también de otras sustancias para el organismo como el calcio, el ácido fólico y la vitamina B12, para lo cual el paciente deberá tomar la medicación indicada.
Existen varias técnicas de cirugía bariátrica, entre ellas la gastroesterectomía o manga gástrica y la llamada gastroplastia, intervenciones denominadas restrictivas, con las cuales llegará menor cantidad de comida al estómago y el paciente se saciará más rápido.
Por otra parte, el bypass consiste en hacer un empalme directo entre el estómago e intestino, de manera que muchos de los alimentos pasen directos a una parte del intestino delgado y de esa manera no se absorben.
Está también el balón gástrico, intervención con la cual se coloca un balón inflable en el estómago, ocupando un 70% de su capacidad, teniendo una menor capacidad y haciendo que el paciente coma un 30% menos.
Para ser sometidos a esta intervención, el paciente debe poseer un Índice de Masa Corporal o IMC mayor al 40% o en pacientes entre 35 y 40% si tiene alto riesgo o padecen una co morbilidad o enfermedad producto de la obesidad, con una edad entre los 15 y 70 años.
“Hay muchos pacientes que incluso deben someterse a un control psicológico, ya que a lo largo de su vida han drenado sus problemas y estrés a través de la comida. Es una ansiedad que controlaban comiendo y fácilmente podrían redirigirla con el ejercicio, una buena lectura o la música. El apoyo es fundamental para que no se vuelva a los mismos hábitos alimenticios y pierda la operación”.
El objetivo principal es que el paciente no recaiga en la obesidad. Nutricionistas y médicos especialistas están claros en que se deben cambiar los hábitos de vida.
La persona candidata a la cirugía bariátrica, deberá ser sometida a un análisis por un equipo multidisciplinario conformado por internistas, gastroenterólogos, psicólogos y psiquiatras para descartar que alguna patología esté produciendo esa obesidad.
Disciplina y constancia
Una vez realizada la intervención, el paciente no podrá ingerir la misma cantidad de alimentos que antes, al contrario, comenzará por ingerir pequeñas comidas, varias veces al día, acostumbrando su metabolismo a su nuevo estómago.
Para ello se debe tener disciplina y constancia, añadir a la dieta alimentos saludables, a la plancha, al horno, preferir las proteínas y vegetales, a las grasas, harinas y frituras. El consumo tanto de azúcar como sal también estará restringido.
“El paciente se habituará a su nueva capacidad gástrica, con alimentos que deberá comer. La recuperación es rápida y muy satisfactoria, siempre que no exista ningún tipo de complicación por parte del paciente”.
Los programas dietéticos tras la cirugía están ampliamente estudiados y contienen los nutrientes básicos e imprescindibles para no generar problemas de malnutrición.
Resultados
El ritmo con que se pierde peso depende de cada persona y del tipo de intervención. También será variable en el tiempo y en función del individuo.
Existen factores externos como la actividad física, el estado emocional y la dieta que se siga, los cuales pueden influenciar la velocidad a la que se va perdiendo el peso.
Se considera que una cirugía bariátrica es exitosa cuando el paciente pierde la mitad del sobrepeso, la mayoría de las intervenciones supera esta meta.
A mediano y largo plazo el éxito de la cirugía depende de cada uno más que de la operación, si se mantienen unos hábitos dietéticos y de vida activa y sana, los resultados serán mejores.
El paciente necesitará hacer un ajuste de su actitud para siempre.