Aprendió en el oficio, de forma autodidacta, en esas vueltas azarosas del destino, “in situ”. Giulio Petrocco, cámara en mano, decidió adentrarse en realidades tan crudas y atroces como las que abundan en países africanos y del Medio Oriente. Sus fotografías le han dado la vuelta al mundo. Hoy llega a Venezuela con el objetivo de documentar un libro que espera publicar próximamente
No debe existir en el mundo mayor pasión que la de un fotógrafo inspirado por su cámara. Dicen que una imagen vale más que mil palabras, que una fotografía es capaz de abrir la puerta al pasado, pero también de echar un vistazo al futuro, lo cierto es que, para él, más que pararse, mirar y hacer “click”, el objetivo al final de todo es mostrar una realidad, convertirse en los ojos de los que no pueden ver, incluso de aquellos que “no lo quieren hacer”.
Su experiencia en Venezuela ha sido gratificante, tanto es así que no pierde tiempo en visitar destinos de gran sentido turístico, como la Gran Sabana. Su nombre es Giulio Petrocco, un reportero gráfico de origen italiano que ha dedicado su tiempo a inmortalizar a través de sus fotografías, las complejas y a veces crudas realidades de algunos países de África y el Medio Oriente.
Nació en Padua, ciudad ubicada a unos 30 kilómetros de Venecia, una apacible localidad con pasado cultural y artístico. De ahí probablemente Giulio heredó su afinidad con la fotografía, mundo al que llegó gracias a una cámara de su padre, de los años 70, “comencé a jugar con ella, era un buen juguete… tenía 17 años”, recuerda el joven fotógrafo.
Así, Giulio fue descubriendo el mundo del “diafragma y la velocidad de obturación”, es decir, poco a poco fue enamorándose de la fotografía, sólo que, jamás llegó a pensar que al final podría dedicarle tantas horas, incluso recorrer tantos kilómetros en ir detrás del hecho “noticioso”. Su pasión es la fotografía periodística o fotoperiodismo, de hecho reconoce que desde siempre le llamó poderosamente la atención todo lo relacionado a los conflictos.
A los 18 años decidió hacer una pausa en su carrera, tiempo en el que viajó a los Estados Unidos para atender labores con unos amigos. Sin embargo, tan apegado era a su mundo que en su equipaje de mano lo primero que colocó fue su cámara. Realizó varios cursos, pero Giulio para ser sincero aprendió en el oficio, de forma autodidacta, en cada una de esas enriquecedoras experiencias, “in situ”.
Sus fotos llevan gran contenido social; la llamada Revolución de Yemen, Libia y todo el conflicto que llevó a la caída de Trípoli, Grecia, Egipto y hasta la tradicional procesión de San Antonio de Padua, es decir, cada una con realidades tan distintas, a veces crudas, en ocasiones llenas de carga cultural e histórica, aquellas que reflejan el entorno y el quehacer de los habitantes de cada país a los que va.
Como toda profesión que exige estar permanentemente en la calle, la fotografía tiene sus riesgos, sólo que en sus días no hay tiempo para pensar en eso, “el miedo siempre existe, pero reconozco temerle más a no poder reportar que a lo que uno siempre está expuesto”. En la mayoría de los casos trabaja de forma independiente, a través de agencias como la AFP y AP.
Washington Post, New York Times, Time Magazine, The Guardian, ABC News, USA Today, MSNBC, LA Times, The Telegraph, Toronto Star, Christian Science Monitor, CBS News, The Atlantic, The Irish Times y Al Jazeera, entre otros importantes medios internacionales han publicado sus trabajos.
Giulio continuará haciendo lo que más le gusta, documentar en imágenes realidades e historias, siempre detrás del hecho noticioso.
www.giuliopetrocco.com
