Cada día hay nuevos episodios de una sorda – aunque a rato bulliciosa – lucha entre grupos internos del PSUV por el control del poder – y los negocios – que se expresa abiertamente hoy entre quienes sabotean el diálogo y aquellos que quizás creen que avanzar en el seria un mejor camino para el gobierno, al menos mientras atraviesan la desastrosa crisis económica creada por ellos mismos. Es una lucha que, ahora sin Chávez, se expresa con más fiereza porque nadie acepta que otro tenga un liderazgo, pero ahora la crisis, la económica y la política, junto con el camino del diálogo con la MUD supervisado por los facilitadores de la Unasur y El Vaticano, desatan más los demonios. Es típico en estas luchas internas que algunos demagógicamente se presenten ante la militancia “dura”, como que ellos son los “radicales puros” que “jamás cederán ante el enemigo burgués”. Y ponen a Maduro y otros como “comeflores dialogantes que van a entregar el legado…”. Seguramente, éste da sus pasos para defenderse y mal poner a los otros aunque de vez en cuando hará discursos altisonantes de insulto contra la oposición para quitarse la “raya”. ¿Recuerdan a Cabello declarando: “Maduro dijo que jamás habría amnistía”? en fin.
Así las cosas, queda demostrado que Maduro no es un líder, que no tiene las riendas del poder en sus manos, que comparte el mando con los radicales del “proceso”, de quienes es su prisionero. Un gesto suyo ante los temas planteados por la MUD hubiera relanzado el diálogo positivamente, imprimiéndole, incluso, un segundo aire a su melancólica presidencia. Pero no ocurrió. No pudo.
Hace unos días se hizo público un acuerdo logrado en la mesa económica – la que se instaló antes del diálogo político – para la devolución a sus antiguos propietarios de diez fincas expropiadas pero que están convertidas en matorrales improductivos. Se trataba de intentar recuperar algo de la producción lechera. De inmediato – eso comentan en los pasillos psuvecos – el grupo de Jaua y Loyo levantó su voz interna y desmintieron el acuerdo. Tampoco pudo Maduro sostener su palabra.
Y muy triste el episodio de la medida humanitaria a Simonovis. Un acuerdo muy avanzado, en el que participarían la Iglesia y el nuncio, hecho los exámenes médicos que demostraron una vez más la gravedad del caso, el perverso dueto Cabello-Jorge Rodríguez, previa burla pública, desautorizaron todo. Otro round perdido por Maduro. Y la barbarie represiva desatada por el ministro de “justicia y paz” contra los estudiantes en campamento o el aumento de presos políticos – y los estudiantes lo son – como respuesta al cese a la represión y la persecución planteado por la MUD pusieron de bulto que en Miraflores no manda Maduro. Anda perdido en los laberintos de ese vetusto palacio.
No sabemos cómo terminará esa procesión que recorre por dentro al PSUV. Pero, lo que si podemos afirmar, es que nunca habría sido visible si la mesa de diálogo no se hubiera constituido por ausencia de la MUD. En tondo caso, Maduro y su gobierno ya no saldrán impunes ante la suerte que corra el diálogo. Veremos.