Cansados de no recibir el vital líquido desde hace 17 días, vecinos del 23 de Enero, Cruz Blanca y Nueva Segovia tomaron las calles, interrumpiendo el paso vehicular por diferentes zonas de estas comunidades hasta el distribuidor Jirahara, donde en horas del mediodía se generó un fuerte tráfico.
María Márquez, habitante de la carrera 2 del 23 de Enero, explicó que misteriosamente desde el domingo 20 de abril el servicio se había regularizado y para el 11 de mayo se interrumpió el suministro de agua sin explicación alguna.
“Tampoco nos han enviado cisternas para cubrir las necesidades de la comunidad. Hemos tenido que acudir a vecinos que tienen un poco de agua para poder traer tobos a las casas”.
Así mismo, vecinos denunciaron que personas, aprovechándose de las penurias de la comunidad, se han acercado a vender tobos de agua en 50 bolívares.
“Son 17 días sin agua. En Hidrolara nos dicen que el servicio ya fue restituido, pero para esta zona no llega ni una gota. Creemos que la están desviando para los edificios grandes y hoteles cercanos, mientras nosotros en el barrio pasamos penurias”.
También los comerciantes pasan trabajo. Debido a la falta de agua han dejado de hacer sus productos como panes y dulces.
Pastor Romero, vecino del sector indicó que la situación ya es insoportable.
“El agua es vida y no hemos tenido ni una cisterna en estos 17 días. El agua que nos surte la están desviando, hay llaves en sitios estratégicos que cierran para poder llevar el agua a los negocios, hoteles y edificios grandes”.
Niños y adultos padecen la falta del vital líquido y piden a la hidrológica que regularice la situación y dé respuestas a la comunidad.
Aparte de ello, se suma el problema del alumbrado público en la zona. 32 postes de luz se encuentran sin electricidad y en reiteradas oportunidades han enviado las comunicaciones a Corpoelec y la respuesta es que no tienen material para repararlos.
En las noches la inseguridad hace de las suyas, no hay patrullaje ni resguardo de ningún tipo. La comunidad debe guardarse temprano para poder estar protegidos.
“No tenemos seguridad. La comida no se consigue y ahora también el agua. Vamos sumando problemas todos los días y la comunidad está cansada de tanto político que le gusta ofrecer y no cumple. Queremos que cumplan las promesas adquiridas con el pueblo”.
Habitantes de estos sectores del este de la ciudad, aseguran que seguirán en las calles sin descanso hasta que el servicio de agua, la petición más urgente, sea restituido por completo.
