A las dos de la madrugada de ayer la señora Doris Espinoza recibe una llamada telefónica. Sobresaltada contestó porque el menor de sus dos hijos y el único varón se encontraba fuera de su hogar. Era Richard Antonio, un amigo del muchacho y precisamente a quien estaba acompañando para San Cristóbal. Con la voz entrecortada le dijo que Wilfredo Horacio Manrique Espinoza (23) estaba herido, tras un intento de robo, e iban rumbo al Hospital Central Antonio María Pineda.
Los familiares de Manrique Espinoza se fueron hasta el primer centro asistencial de la ciudad y allí no lo quisieron recibir. Le indicaron que estaban copados. Lo trasladaron a una clínica en la carrera 21 con calle 29 en donde tampoco tenían cupos y mucho menos en la Unidad de Cuidados Intensivos. Posteriormente lo trasladaron hasta la clínica IDB que está en la carrera 19 con calle 34. Llegó casi a las 5 de la madrugada, luego de haber sido “ruleteado”. El joven estaba inconsciente, fue atendido pero estaba bastante delicado. Los doctores trataron de estabilizarlo pero falleció a las 6:30 de la mañana de ayer.
La señora Doris, temblorosa, contó que por primera vez pasaban por una situación así. Dijo que su hijo se fue a un viaje en horas de la mañana y regresaría en la noche. Salió de su hogar ubicado en la avenida Florencio Jiménez, en residencias Nathy, al oeste de la ciudad con rumbo a San Cristóbal.
La víctima, con su amigo Richard, se trasladaba en una camioneta Toyota Fortune y de pronto, en la carretera Acarigua- Barquisimeto, sector La Lucía, sintieron que el caucho se les espichó. Al bajarse, se dieron cuenta que fue a consecuencia de unos “miguelitos” que estaban en la vía.
Los jóvenes llamaron al servicio de emergencia 171 y a la Policía, pero no tuvieron respuestas y decidieron cambiar el caucho para seguir su camino.
De forma repentina salieron del monte unos sujetos armados. Los jóvenes corrieron y los delincuentes les dispararon en reiteradas oportunidades.
Ambos subieron a la camioneta y comenzaron a rodar. En eso Richard se percató que su amigo estaba herido y se desvió para Sarare. Trasladó a Wilfredo al hospital de dicha localidad, en donde fue referido a Barquisimeto.
Wilfredo, quien se convirtió en una víctima más de la inseguridad, era estudiante de quinto año de Derecho en la Universidad Fermín Toro (UFT), fue descrito como un joven tranquilo y buen hijo. Sus seres queridos esperan que el hecho sea investigado y se haga justicia.
Cabe destacar que efectivos del Eje Contra Homicidios de Lara, abrieron la investigación, pero la misma debe continuar por Portuguesa, porque fue allí donde se cometió el crimen.