La falta de anestesiólogos en el Hospital Central Antonio María Pineda, obliga en muchas ocasiones a la suspensión de las intervenciones electivas y alarga la lista de pacientes en la espera de una operación en los diferentes servicios con los que cuenta este importante centro asistencial.
Las razones del déficit son variadas, pero una de las principales es la gran cantidad de renuncias de los especialistas debido a la cancelación irregular de los sueldos, bonos nocturnos y demás remuneraciones. Ante ello, estos profesionales prefieren irse a los centros privados, dejando un gran vacío en el Hcamp.
Se necesitan 48 anestesiólogos para cubrir todos los servicios de este centro y actualmente sólo laboran 25, los cuales deben ser distribuidos en las diferentes áreas quirúrgicas quedando algunas sin el especialista. 21 de ellos realizan guardias de 24 horas cada 8 días y cuatro rutinas al mes, lo cual representa un total de 120 horas mensuales, que cubren 3 a 4 pabellones por día.
Dos realizan rutinas diarias en cirugía ambulatoria cubriendo dos pabellones, uno está en consulta preanestésica diaria pudiendo valorar a 12 pacientes, mientras que otro especialista efectúa las rutinas vespertinas de tres pacientes por día en sala de parto.
A esa situación, el Dr. Joan Strauss, jefe del departamento de Emergencia, Medicina Crítica y Anestesia del Hcamp, añadió que desde hace meses se han mantenido trabajando con un ambiente de trabajo no adecuado, en la exigencia de seguridad al administrar la anestesia, como falta de monitores básicos, máquinas de anestesia cuya eficiencia es del 80%, falta de medicamentos de uso rutinario entre otros factores, que amenazan la integridad jurídica de quien administra la técnica anestésica.
Indicó que en varias oportunidades se han remitido comunicaciones tanto a la dirección del hospital como a la Dirección de Salud, con las evaluaciones, diagnósticos y necesidades de este servicio, pero no han podido ser respondidas satisfactoriamente.
Según el informe del doctor Strauss, presentado en enero del 2013, la mayoría de los equipos se encuentra trabajando con una operatividad media y mala. Una situación que no ha cambiado luego de un año.
Sólo en el pabellón de urgencias se necesitan máquinas de anestesia nuevas, aspiradores de frasco doble, mesa quirúrgica, dotación y mantenimiento de accesorios, una realidad que se mantiene en ocho de los 10 pabellones. Los otros dos se mantienen inactivos por falta de equipos.
Además, dentro de la dotación de los quirófanos destacó la inoperatividad de laringoscopios de los cuales son necesarios al menos 10, así como también dos monitores BIS, cuatro monitores TOF WACH, 10 capnógrafos con gases espirados, un desfibrilador y nueve camillas para el traslado de los pacientes.
Con todo este panorama, el Dr. Strauss manifestó que el servicio de anestesiología está a punto de un “cierre técnico”, lo que acarrearía que sólo se pudieran resolver los casos quirúrgicos de urgencia dejando los planes electivos a un segundo plano.
