Venezuela formalizará un pedido para realizar una cumbre de presidentes de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), ante la cual denunciará la «injerencia» de Estados Unidos en ese país, dijo el canciller venezolano Elías Jaua en declaraciones divulgadas el viernes.
«Vamos a formalizar, mediante una comunicación a todos los cancilleres, la solicitud que ha hecho el presidente Nicolás Maduro para convocar una reunión del Consejo de jefes de Estado de la Unasur», manifestó el funcionario con ocasión de una reunión de cancilleres del organismo regional que se realiza en las islas ecuatorianas de Galápagos.
Agregó que Caracas solicitará el encuentro presidencial para «denunciar el proceso de intento de derrocamiento violento que ha vivido Venezuela durante los últimos cuatro meses y la injerencia del gobierno de los Estados Unidos en estos sucesos».
Jaua enfatizó que su nación prevé «denunciar formalmente» la «agenda desestabilizadora, golpista, y las amenazas a la independencia y a la soberanía que el gobierno de los Estados Unidos está desarrollando contra nuestro país».
Además de acusar a Washington de «injerencia en los asuntos políticos internos de Venezuela», el canciller denunció la «aplicación de sanciones ilegales, unilaterales, injustificables y violatorias de los más mínimos elementos del derecho internacional».
Las protestas de sectores de oposición, que se iniciaron en febrero en Venezuela en contra de la escasez de productos básicos, la inflación anualizada que roza un 60% y la alta criminalidad, dejan 42 muertos, unos 800 heridos y 250 detenidos.
El miércoles en México, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, dijo que confía en que no sea necesario aplicar sanciones contra funcionarios venezolanos que estudia el Congreso de su país, pero subrayó que Washington tiene todas las opciones abiertas.
Recordó que una comisión de Senado dio luz verde el martes a la posibilidad de sancionar para funcionarios venezolanos involucrados en violaciones de derechos humanos durante manifestaciones antigubernamentales, un paso previo para la eventual adopción de sanciones por el Congreso.
Las mesas de diálogo entre el gobierno y la oposición venezolana para poner fin a las protestas se trabaron recientemente por las críticas opositoras a las detenciones de estudiantes y la ausencia de avances.
Kerry aseguró que Estados Unidos es testigo de la «impaciencia que está creciendo» en la región ante la demorada resolución de la crisis venezolana y recordó ha conversado con parte de los testigos de los diálogos, que integran los cancilleres de Brasil, Colombia y Ecuador, así como el nuncio en Venezuela.
