Más de 270 familias de La Victoria parte baja, se fueron hasta la quebrada de la Ruezga que pasa por el lugar y tomaron agua de una pequeña vena del molino que funcionaba cuando el Gobierno de Marcos Pérez Jiménez.
Inventaron un mecanismo con la participación de todos: después de la recolección los tobos los subían con mecates hasta la orilla. Esa sería utilizada para el consumo y preparar comida, pues ya no tenían reservas. Otros buscaron agua de la quebrada, de donde emanaba un fuerte mal olor y la utilizarían para el baño o hervirla y bañarse.
Rosa Gallardo, una de las habitantes del sector y quien vive con el esposo, su nieto y sus cinco hijos (la mayor de 14 años), dijo que desde que inició la falta del suministro del vital líquido, se alimentan una sola vez al día, “a las 2:00 pm, preparamos una olla de pasta. Los niños me piden agua para tomar pero tienen que aguantar sed, les doy frutas”. Denunciaron que en el llenadero de Cerro Gordo muchos pagaron hasta 10 bolívares por tobos, “pero a otros el dinero no nos alcanza ni para la comida”.