Por segunda vez en los últimos quince días, representantes de comunidades del oeste de Barquisimeto protestaron públicamente impidiendo el tránsito automotor en la intercomunal Florencio Jiménez cerca del semáforo del sector El Pescadito.
Cerca de las ocho de la mañana de este lunes un grupo de vecinos del barrio La Batalla colocó cauchos viejos y restos de arbustos en ambos canales de tan importante arteria vial, sorprendiendo a los viajeros mañaneros.
“Queremos agua, que venga Jean, queremos agua, y que venga Jean”, coreaban algunas de las mujeres refiriéndose al presidente encargado de Hidrolara, Jean Moreno, mientras mostraban pancartas con leyendas exigiendo agua.
Maigledis Pérez y Lolimar Echeverría, dos de las vecinas, explicaron que deseaban hablar con el funcionario para plantearle la necesidad de que Hidrolara les instale un empalme del tubo matriz colocado por Corpolara para que puedan recibir agua directamente.
ndicaron que son unas 40 las familias necesitadas de esa instalación que, afirmaron, una ingeniera de la hidrológica se niega rotundamente a instalarles.
Conforme transcurrían los minutos la cola de todo tipo de vehículos, en su mayoría camiones y gandolas, se iba extendiendo en ambos sentidos con sus conductores contrariados por la interrupción a sus viajes.
“Si tienen problemas con el agua que vayan a protestar a Hidrolara no aquí”, expresó el chofer de un camión que había salido de Barquisimeto hacia Maracaibo.
“Nosotros no tenemos la culpa de los problemas de esa gente. Aquí no hay autoridad”, dijo por su parte el resignado conductor de una buseta de pasajeros.
Pero los manifestantes se mantenían firmes en su posición de no permitir el paso de vehículos, salvo las ambulancias, hasta tanto se presentara un funcionario de Hidrolara.
Aunque los manifestantes insistían en que se trataba de una protesta pacífica y sólo cerraban el paso con los cauchos y los arbustos secos, en algunos momentos les prendían fuego cuando sospechaban que algún conductor de camión pretendía pasarles por encima.
Incluso hubo un momento en que pudo registrarse un accidente serio cuando el chofer de un camión con furgón enfiló hacia la barricada en llamas a pesar del riesgo de que se le incendiara el vehículo.
Pérez y Echeverría dijeron que varias veces han acudido a la sede de Hidrolara en busca de solución a su problema y hasta ahora no habían logrado nada.
Los minutos transcurrían y la cola crecía en ambos sentidos, viéndose obligados los pasajeros de colectivos procedentes de Carora, Quíbor, El Tocuyo, Sanare y otras poblaciones del occidente, a bajarse de los mismos, pasar caminando las barricadas y abordar otros para terminar de llegar a Barquisimeto. Lo mismo ocurría con los que iban en sentido contrario.
Poco después de las diez de la mañana llegó al sitio, acompañado por efectivos de la Guardia Nacional, el ingeniero Luis Alvarado, gerente de gestión comunitaria de Hidrolara, quien sostuvo una reunión con representantes de la comunidad manifestante.
El funcionario escuchó atentamente los planteamientos de los vecinos quienes, al sentir atendidas sus peticiones, decidieron retirar los obstáculos de la vía y permitir la reanudación del tránsito automotor en ambos sentidos.
Esperan que en el curso de esta misma semana sea resuelto su problema con la instalación de la unión requerida para, de esa manera, poder disfrutar del suministro directo de agua sin tener que depender de los camiones cisternas.
“Pero si no nos cumplen y tratan de engañarnos volvemos a tomar la autopista por más tiempo”, dijo un grupo con determinación.
