Mientras los costos de la industria de agua embotellada, desde noviembre de 2011 en que se ajustaron los precios, se han encarecido entre 100 y 275%, sin que se haya hecho una revisión de los mismos, la Asociación Nacional de Bebidas Refrescantes (Anber) advierte sobre la posibilidad de suspender operaciones.
Estiman que el precio al que se le permite a la industria vender sus productos debe cubrir incrementos en los costos y generar una rentabilidad razonable. De lo contrario la regulación de precios se convierte en un obstáculo para que la industria esté en capacidad de atender la demanda de los consumidores y pueda incrementar su producción.