Participar o no en la consulta por la calidad educativa impulsada por el Ministerio de Educación es el dilema que ocupa en estas fechas a los docentes, alumnos, padres-representantes y directivos de los diferentes planteles educativos del país. Son muchos los criterios y las opiniones que se manejan al respecto, algunos a favor y otros en contra de la iniciativa que, según funcionarios del ministerio, no es obligatoria ni vinculante para el diseño del currículo educativo.
Según Alexis Ramírez, presidente de Fenasopadres, existen dos formas de participar: responder las preguntas de la consulta o, en cambio, expresar el rechazo al instrumento mediante una carta individual que deberá ser entregada a la institución y, a su vez, a la Zona Educativa.
“En algunos planteles se ha tomado la determinación de redactar un manifiesto de rechazo que agrupe el sentir de los padres de varios planteles; la idea es que quien no esté de acuerdo lo exprese y no se quede con esa idea en su mente”.
Para Fenasopadres el proyecto de la calidad educativa busca desviar la atención población de los verdaderos problemas de la educación venezolana, de allí el cuestionamiento hacia la consulta.
“La principal intención es visualizar a la educación desde la perspectiva de lo establecido en el Primer Plan Socialista y en el Plan de la Patria, que establece un sistema educativo socialista que ya adelante con lo establecido en la Resolución 058. Las preguntas son abiertas, por lo tanto, lo que se diga no podrá ser analizado de manera cuantitativa; los directivos de planteles deben interpretar esas respuestas, elaborar un informe que será enviado a las zonas educativas y de allí pasarán a un futuro congreso pedagógico. Lo que significa que las respuestas prácticamente no servirán”, explicó en conversación telefónica.
A todo ello se suma el cambio seguido de los objetivos de la consulta y a la divergencia entre las declaraciones del ministro y los lineamientos que dan las zonas educativas, que en muchos estados están obligando a las instituciones a aplicar los instrumentos de la consulta.
Por su parte, el profesor-investigador de Barquisimeto, Eduardo Campechano, acotó que la desconfianza existe por la forma como se ha impulsado la consulta, sin embargo, “participar o no depende del análisis y contexto de cada institución educativa, y de la decisión de cada persona”.
