Desde hace ya unas cuantas lunas, Valentina Quintero se ha dado a la tarea de guiarnos a los lugares más recónditos y hermosos, turísticos o vírgenes, playeros o montañosos de la amada Venezuela, abriéndonos los ojos ante las maravillas de la naturaleza que decoran nuestro país, presentándonos a gente encantadora y dándonos a probar un poquito del sabor típico de cada región. Hoy, viajarán junto a nosotros a Macanao, un paraíso enclavado en la isla de Margarita, el cual, por cierto, es uno de sus destinos favoritos… Acompáñennos y disfruten
¿Cómo llegar?
“Por tremenda autopista, la misma que conduce al aeropuerto pero más allá”. Así describe Valentina la manera de llegar a la Península de Macanao, un pedacito de cielo ubicado al sur – occidente de la Isla de Margarita, en el estado Nueva Esparta.
Información de interés
Por supuesto es imposible estar en la Península de Macanao y no echarse un día entero a tomar el sol, permitiéndole al mar inundar el cuerpo de gozo y sal y a los vendedores de la zona ofrecernos cuanto Dios creó. Para hacerlo, sólo hay que visitar cualquiera de las playas del Parque Nacional La Restinga, como por ejemplo Punta Arenas, Punta Manzanillo, Punta de Tigre y La Carmela.
Para visitar
Toda la Península de Macanao es un espectáculo, sus rincones desbordan de historia y en cada una de sus esquinas hay algo rico que comer o algo lindo que mirar. En sus aguas abunda frescura y delicia, sus atardeceres son de impacto y su gente es de la buena. Pero si están allí, hay muchas otras cosas que hacer además de bañarse en el mar, así que presten mucha atención y anoten para su próxima visita a la Perla del Caribe.
– Museo Marino, en Boca del Río
– Paseos a caballo Cabatucán, a 2 kilómetros de Guayacancito
– Makatao Spa, en playa La Pared
– Sendero La Chica, zona de turismo ecológico
Para dormir
Dormir en Macanao es toda una experiencia de vida, pues sus noches son frescas y apacibles. El sonido del mar es como una canción de cuna y la brisa acaricia con sutileza. El cielo parece sacado de un cuento de hadas y los hospedajes garantizan relajación, buen trato, excelente atención y muchísima comodidad.
– El Oasis, en Robledal
– La mansión de Diana y Philliphe, En San Francisco
Para comer
Como se imaginarán, comer en Macanao es una de las mejores cosas que se pueden hacer en la vida, ya que su gastronomía marina, con pisos de arena, el mar de horizonte, repleta de mariscos fresquitos y pescados recién sacados del agua, es una verdadera locura, mientras sus platos, hechos por manos prodigiosas, hacen desear tener un estómago más grande para seguir comiendo, pues aunque nos saciemos, las ganas de un último bocado son bastante insistentes.
– Restaurant Friomar, en Boca del Río
– Restaurant Brisas del Mar, en Punta Arenas
– El Rancho de Arminda, en Punta Arenas
– Restaurant Tor y Gisela, en Punta Manzanillo
– La Churuata de Yajaira, en Punta Manzanillo
“Su mayor atractivo es la soledad, el silencio y la certeza de que jamás habrá tráfico ni edificios que atropellen la dicha de mirar ” Valentina Quintero
María Alicia Venegas @revista_gala / @maliciavenegas
Twitter: @valendeviaje