•Maduro: !No me voy a parar de la mesa! Una perogrullada pues él no-le-para-a-la-Mesa
•Lo bueno de las metidas de patas cuando se es joven es que uno tendrá algo de qué reírse cuando sea viejo
•Al Papa Francisco no le gustan los diálogos en donde una de las partes le dice a todo ¡Amén!, !amén!, ¡amén! No se aprende mucho de ese tipo de personaje
•En nuestro país hay plena libertad de pensa(miento) siempre y cuando estemos de acuerdo con el régimen
•Siempre me había preguntado cómo sería si a uno se le accidentase su vehículo dentro de un túnel y pa’ más ñapa a una hora pico. Me sucedió esta semana en Caracas viniendo en un taxi de Maiquetía. Entendí dos cosas: (1)Que uno debe aprender a lanzarle también cortinas de humo (imitando al gobierno) al humo (el del bueno pues tenía monóxido de sobra) y (2) que aún existe el buen samaritano capaz de ayudarte sin que tengas que bajarte de la mula
•Para Maquiavelo el fin justificaba los medios. Para este gobierno el fin justifica los miedos (no sólo a los medios sino también a los estudiantes)
•Que yo sepa, el envejecimiento es solo bueno para algunos quesos, el vino, o el whiskey
•La libertad de expresión va a llegar a ser tan privada y silenciosa como una operación de hemorroides
•Alitalia, otra línea que levantas sus ali-tas. ¡Mammamia! ¡Eso no puede ser! ¡Eso no puede ser! Se queja la gente. ¡Pero es! Mientras solo nos quejemos
•El siguiente relato, es para que al viajero venezolano no le tome de sorpresa. El vuelo 1520 de la línea venezolana Santa Barbara Airlines, debía salir de Miami para Maiquetía puntualmente (en punto) a las 2:30 PM, del pasado martes 13.
•Los martes (y menos un 13) ni te cases ni te embarques ni de tu casa te apartes. Pero, ya uno viejo pa’ qué va a oír consejos si ya llegó.
•Ahora bien, ¿ el vuelo de SAB salió? ¡Sí! pero …! Santa Bárbara bendita!,después de ¡ocho horitas! Embarcados como estábamos, subimos no tan puntualmente al avión a las 10:30 pm. Todos súper cansados y muchosmuertos de hambre porque la miseria de dólares de Cadivi ya se habían agotado! Y lo cruel del caso, es que las maletas estaban full de comida y artículos de la cesta básica. Este columnista, exprimiendo la poca paciencia que ya le quedaba optó por dejar de pensar mal del gobierno para permitirse un viaje más placentero. Por lo que al llegar a la puerta del avión pasé el suiche de mis lamentos para buscar otra manera de entretenimiento. Sin embargo, ya trastabillando, al poner un pie en el avión sentí, por mi madrecita santa, un fuerte olor a orine. “No puede ser”, me dije. “No puedo seguir poniendo a volar mi opositora imaginación”. Al final del viaje, ya en cola para hacer aduana, mucha gente comentaba lo mismo que yo había sentido.¿Será que la escasez de agua y desinfectantesllegó hasta las líneas aéreas venezolanas? ¡No puede ser!
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