A rezar y ligar. No le queda otra a Guaros de Lara. No barrer en Guayana, en la serie de dos desafíos disputada con Gigantes de Guayana, lo dejó en una situación de angustia, toda vez que depende de otro para consumar sus clasificación a las semifinales de la Liga Profesional de Baloncesto.
El quinteto larense cerró la fase de tercios de final con registro de tres victorias y cinco derrotas. Todas sus conquistas fueron ante el conjunto guayanés. Le ganó los dos en el Domo Bolivariano y le arrancó la victoria en el primero disputado en el Hermanas González.
Tenía la clasificación en sus menos, pero la dejó escapar al jugar un partido para el olvido la noche del martes, con un tercer cuarto de pesadilla, que lo llegó a estar perdiendo 19-0, y que no pudo levantar para sufrir una derrota por amplio margen (89-73), que supuso, de alguna forma, un balde de agua fría.
Esa derrota cambió el panorama en cuestión de horas. El conjunto guaro pasó de la algarabía vivida la noche anterior, con una victoria que lo dejaba a ley de un triunfo para ser el cuarto semifinalista, a la frustración de no aprovechar la oportunidad de avanzar por medios propios y -más dolor- con un desempeño gris, una de las peores caras que ha mostrado el equipo en la campaña, especialmente en ofensiva, al lucir desdibujado, sin orden, y con una inexplicable insistencia en el lanzamiento de larga distancia que terminó por perjudicarlo.
El elenco dirigido por el argentino Néstor “Ché” García está empatado en el segundo lugar del grupo B con el mismo Gigantes, pero este último, registro de 2 y 4, tiene pendiente dos partidos con Cocodrilos, viernes y sábado, y, por lo tanto, depende de sí mismo.
El par de compromisos lo verán los integrantes de la plantilla y cuerpo técnico de Guaros con los dedos cruzados, ligando -vaya paradoja- al equipo saurio, el mismo que le asestó cuatro derrotas en la etapa que está por finalizar.
Las cuentas son sencillas. Si Gigantes pierde uno de los dos careos en el José Beracasa va a cerrar con marca de 3 y 5, la misma de Guaros, lo que le llevará a ser el último eliminado por haber perdido la serie con la tropa crepuscular.
Así que el quinteto coloso viaja a Caracas con la misión de barrer, lo que -sin duda- no es una tarea fácil. Ya superó en una oportunidad al club de Néstor Salazar en su feudo, pero no es lo mismo jugar de visitante, más aun en una plaza tan complicada como la capitalina, con un público que genera presión desde el mismo salto entre dos.
Genera morbo la confrontación y desata muchos comentarios. Es bien sabido que existe una rivalidad entre Cocodrilos y Guaros -que incluso se ha trasladado al campo de las redes sociales- y se especula con un supuesto interés del conjunto caraqueño para dejar fuera al elenco larense -es decir, perder los dos juegos- pero se vería muy feo e iría en contra de la ética y el profesionalismo, más allá de la decisión lógica del DT Salazar de dosificar a sus jugadores claves. En manos de Cocodrilos está el destino del cuadro larense.
