En la sesión del Consejo Legislativo del estado Miranda celebrada el pasado 06 de mayo, la fracción del PSUV presentó un proyecto de Acuerdo para conmemorar el día del Trabajador. En principio, éste podría haber sido un texto a aprobarse por unanimidad, por cuanto ambos bloques coincidimos en honrar a los trabajadores en su día pero, como es costumbre, el PSUV ideologizó el acuerdo, convirtiéndolo en una felicitación para el Gobierno por su supuesta eficacia en materia económica y por reivindicar a los trabajadores ante las supuestas agresiones que sufren por culpa del “capitalismo salvaje”, el “empresariado parasitario”, la “guerra económica” y demás figuras que ha creado la propaganda oficialista.
Ante semejante argumentación y forma de presentar el Acuerdo, el debate no se hizo esperar, no sólo porque la versión del Gobierno sobre la crisis que vivimos no aguanta el menor análisis, sino porque además pretenden cínicamente presentarse como héroes y defensores de los trabajadores, cuando en realidad son los culpables de las grandes penurias que ellos y el resto de los venezolanos padecemos.
Para empezar, lo elemental: ¿cómo puede el Gobierno ufanarse por un aumento del 30% del salario mínimo, cuando la inflación de 2013 fue de 56,2% (cifra obviamente maquillada por cuanto fue presentada antes de que terminara el año, y aún así es la inflación más alta del mundo, paradójicamente alcanzada en medio de un control de precios). Si nos vamos a la anualizada (últimos 12 meses), resulta que es de 60%, y si particularizamos el rubro básico de los alimentos, resulta que es de 80%. Es decir, a todas luces el aumento del salario no compensa el aumento del costo de la vida. Pero además, sólo subió el salario mínimo, por lo que quienes ganan más de Bs. 4.252 mensual, no necesariamente recibirán un aumento, y si lo reciben no será obligatoriamente de 30%. Es decir, no tendrán compensación o ésta será menor.
Dicho esto, metámonos ahora en las verdaderas causas de la crisis económica venezolana que golpea a toda la población como nunca antes, y que se expresa de manera más cruda y sentida en la inflación y la escasez. Las razones que explican la inflación en Venezuela son claras y todas son responsabilidad del Gobierno: la devaluación, la generación de dinero inorgánico y la escasez.
En cuanto a la devaluación, basta con recordar que, como Presidente encargado y forjando la firma de Chávez, Maduro devaluó la moneda de Bs. 4,30 a Bs. 6,30 por dólar en febrero de 2013, luego con el SICAD I subió a Bs. 11,30, y finalmente con el SICAD II llegó a Bs. 50. Esto es una devaluación de 1200%, y si tomamos en cuenta el paralelo la devaluación sobrepasa el 2000% en poco más de 1 año. ¡Todo un récord! Esto impacta obviamente los costos, ya que todo insumo importado aumenta y se refleja en los precios, pero los precios también suben por la propia espiral inflacionaria (todo el mundo aumenta lo que vende para poder pagar lo que compra).
En cuanto al dinero inorgánico, nunca antes un Gobierno fue tan irresponsable. La cantidad de dinero que circula en la calle que no está respaldado en bienes o reservas es una barbaridad. El gobierno a través de un BCV sumiso imprime dinero a discreción y lo lanza a la economía, lo cual, combinado con una sensible disminución de la oferta de bienes, crea una presión brutal sobre los precios (mucho dinero persiguiendo pocos productos). También ha aumentado sensiblemente la deuda pública, la cual asciende ya a más de $200 mil millones según los expertos. Esto no sólo incide en la cantidad de dinero sin respaldo circulando, sino que también crea una terrible hipoteca para el país.
Y por último, tenemos también la escasez más alta de la historia, la cual, de manera categórica, es consecuencia de la destrucción sistemática del aparato productivo. Nunca olvidemos que aquí se han expropiado más de 1.300 empresas privadas y confiscado más de 4 millones de hectáreas en el campo en los últimos 15 años, así como han cerrado más de 360 mil pequeñas y medianas empresas y 8.000 industrias por falta de condiciones. Eso se dice rápido, pero ningún país produce más así.
En definitiva, el aumento del salario mínimo es un saludo a la bandera que se diluye en medio de una crisis económica sin precedentes, cuya causa estructural es la errada política económica del Gobierno Nacional.
Diputado al Consejo Legislativo de Miranda y Sub Sec. Gral. de ABP
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