Esperanzada en la justicia divina y en la del hombre, se encuentra Gregoriana Godoy, madre del profesor Josmer Delgado Godoy, de 35 años, a quien asesinaron la noche del lunes cuando llegaba a su casa en la avenida principal de Las Playitas, sector Los Libertadores, al norte de Barquisimeto.
“El dolor de una madre no se compara con nada. Pido justicia divina y llamo al Gobierno porque fue un ser que murió a manos del hampa”, repetía la dama en medio del dolor por perder al mayor de sus dos hijos.
También pidió celeridad a los abogados del Ministerio de Educación “porque es un profesor con mucha mística que pierde Venezuela”.
Según ella, no se resistió al robo, “entregó las llaves, la cartera, el celular, el carro y todo. Siempre decía que primero daría sus cosas antes que lo mataran. Incluso los disparos, al parecer, se los efectuaron después que los delincuentes arrancaron en el carro”, narró la madre conmovida.
Delgado Godoy fue descrito como un hombre “excelente, caritativo, muy humanista, carismático y no tenía problemas con nadie”.
Según la progenitora de la víctima, su hijo junto a su esposa, con quien tenía siete años de casado, generalmente cambiaban la hora de llegada a su residencia debido a la inseguridad que viven en la zona.
Ambos trabajan como docentes en la Unidad Educativa Bolivariana Pablo Acosta, él lo hacía desde 12 años atrás y era profesor de Educación Física.
“Cuando estaba abriendo el portón salieron dos sujetos jóvenes desde un callejón, los robaron, se llevaron su carro Century verde que compró con tanto esfuerzo, y después le dispararon en la costilla izquierda”. Presuntamente el fallecido protegió a su pareja, pues los hampones habrían amenazado a su mujer de dispararle por mirarlos a la cara.
Los vecinos del sector indicaron que escucharon un solo disparo, después se fijaron de quién se trataba, pero no encontraban cómo llevarlo al ambulatorio de Tamaca porque nadie quería auxiliarlos. “Tuvimos que atravesarnos en medio de la carretera y un buen hombre nos llevó pero ya estaba muerto. Él era tan bueno”, comentó una vecina quien prefirió resguardar su identificación.
“La zona está muy peligrosa porque vienen bandas de Las Sábilas que nos tienen azotados, incluso la semana pasada robaron dentro de una casa”. Aseguró que no hay patrullaje policial en el lugar.