Sebastiana Barráez, periodista especialista en el tema militar y de frontera, explicó que los miembros de la sociedad civil que exigen la participación de las Fuerzas Armadas Bolivarianas en el conflicto social y político que vive el país, hacen una solicitud «muy peligrosa».
«No son los militares los llamados a asumir el papel de árbitro en una situación que deben dirimir los civiles», explicó la comunicadora social, «a los militares les gusta el poder y es absurdo pensar que se lo quitarán a un grupo de civiles para dárselo a otros», completó. Las declaraciones de Barráez fueron recogidas después de su participación en el Grupo Jirahara, en el segundo día de las ponencias de una serie de personas sobre los diferentes tópicos de la actualidad del país.
Barráez recordó el papel que tuvieron los castrenses en abril del 2002, cuando «usaron a un grupo de civiles para dar un golpe de Estado con la apariencia de un vacío de poder», lo que, a su juicio, ha sido utilizado por el Gobierno nacional para denunciar permanentemente a la oposición de desestabilizar las instituciones.
De igual forma, Barráez se refirió al tema de los cubanos dentro de la FANB. Explicó que los isleños dentro de la institución no ejercen funciones de comando, sino que fungen como una especie de «figura supra» que es consultada en los cuarteles, con relación directa con los jefes de comando. Sin embargo, no desestimó la participación de los caribeños dentro de instituciones como el Saime (Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería), en los registros y las notarías. Por último, recordó lo vivido por Chile después de la caída de Salvador Allende, cuando militares tomaron el poder y se produjo la dictadura «que rompió el tejido social de los chilenos».
Por otro lado, asistieron a la misma actividad, Miguel Pizarro, diputado a la Asamblea Nacional; y su participación dentro del evento explicó la motivación del estudiantado venezolano para llevar adelante las protestas. En este sentido, explicó que en la actualidad del país, el estudiante tiene razones para manifestar, «todos pelean por un mejor futuro», refiriéndose a una razón transversal de las acciones de calles. Se refirió a los detenidos por los cuerpos de seguridad y que han sido víctimas de torturas para firmar confesiones, «no podemos quedarnos quietos ante estos casos, tenemos que luchar para que los liberen», dijo.
Pizarro además comentó que, sobre los casos de tortura, se han conseguido algunos avances, «hemos logrado, en muchos casos, que las investigaciones estén bastante adelantadas, pero queremos que se borren los expedientes a jóvenes que tienen régimen de presentación como delincuentes», señaló.
Sobre el estado Lara, Pizarro explicó que los cuerpos de seguridad “agarran a chamos, se los llevan presos y no se saben dónde están; además, denunció la incapacidad de la defensa legal para contactar con su defendido antes de la audiencia judicial; y, por último, la arbitrariedad de los cuerpos de seguridad que, torturando, buscan tener confesiones».
Señaló que la salida a la situación del país, pasa por la organización en cada uno de los estratos de la sociedad para reclamar por los derechos, «ya sea porque no hay agua en el edificio o para ganar unas elecciones, en el caso de los políticos».
Por su parte, Carlos Melo, vocero del partido de oposición Copei, indicó que los sectores populares no participaron “en un alto porcentaje” en las protestas de los últimos meses. Melo explicó que el pueblo que no se adhirió a las protestas, no lo hizo por ser afines con el Gobierno nacional, “ellos saben que este gobierno es caótico, pero de allí a que participen en las protestas, existe una distancia. No ha habido una propuesta clara de los partidos a los barrios”. Para Melo, las visiones de la oposición sobre los problemas del país van dirigidos hacia la clase media, lo que imposibilita dicha conexión.
Conclusión de la jornada
Luis Pedro España, profesor de la Universidad Católica Andrés Bello, intervino en la reunión como moderador de la mesa, y explicó que la función de esta actividad radica en el análisis político de la situación del país. “Hemos concluido que la única posibilidad de cambio en Venezuela pasa por un proceso electoral y por el uso de las instituciones, mejorándolas. Cualquier actividad fuera de la institucional beneficia al Gobierno”. España comentó que la actualidad del país, exige la superación de las protestas con barricadas o ‘guarimbas’, “que sirvió para verle los colmillos al gobierno”.
Se deben consolidar los espacios democráticos
Ricardo Ríos, profesor de la Universidad Central de Venezuela, explicó que la unidad de la oposición es la clave para llevar adelante este proceso político que vive el país, “deben buscar los puntos de encuentros para el funcionamiento común. Hay divisiones reconocidas pero no debilitan sino que retroalimentan a la oposición”.
Para Ríos, la principal lucha política de la oposición radica en los puestos alcanzados dentro de la institución que compone el Estado venezolano, y no la calle, “la calle es un mecanismo de protesta de forma inmediata, pero los mecanismos a largo plazo son los institucionales de la Mesa de la Unidad Democrática”, explicó, aunque señala que “no es contradictorio tener alcaldes o gobernadores, y mantener la lucha. Lo que sí es contradictorio es tener un alcalde tirando piedra”.
Para Ríos, la finalidad de la unidad en las filas opositoras debe ser la de crecer hasta ser mayoría y para eso debe existir una estructura organizativa acorde con la finalidad de ganar las elecciones (ejemplo el fracaso a la hora de defender el voto), “la renovación de los cuadros de las estructuras organizativas”, que se traduce en la renovación de las figuras políticas; una red de acción política para la lucha social y una red social para la lucha política, “fortalecer los partidos para canalizar la lucha social y agrupar los luchadores sociales para consolidar los espacios democráticos existentes”.