Inmigrantes y activistas marcharán el jueves desde el Congreso a la Casa Blanca para pedir la suspensión de las deportaciones y reclamar una nueva ley de migración.
Manifestantes planean dejarse arrestar frente a la Casa Blanca en lo que sería el tercer acto de desobediencia civil realizado esta semana en la capital estadounidense para pronunciarse en contra de las deportaciones.
La protesta del jueves ocurrirá ocho años después de que grandes concentraciones pacíficas salieran a las calles el Primero de Mayo de 2006 y 2007 para solicitar una reforma migratoria.
Numerosas naciones del orbe homenajean a la clase obrera el Primero de Mayo, pero Estados Unidos celebra el Día del Trabajo el primer lunes de cada septiembre.
El Congreso mantiene en el limbo la reforma migratoria, mientras la Casa Blanca contempla la posibilidad de ajustarla a través de una acción ejecutiva.