Keider Enrique Carmona Figueredo, de 26 años, y Yonathan José Páez Álvarez, apodado El Purrungo, fueron ultimados mientras intentaron encarar a funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas quienes allanaban la vivienda en donde se escondían, en el barrio La Apostoleña, al oeste de Barquisimeto.
En horas de la madrugada, a las 5 a.m., decenas de funcionarios a bordo de no menos 20 unidades del Cicpc, arribaron al sector 1 de dicha comunidad, específicamente a la parte alta, siguiendo las pistas de investigaciones hechas por el mismo cuerpo y que habrían determinado el paradero de los dos posibles implicados en el hecho violento que hirió a uno de sus compañeros.
Llegaron a una de las casas del sector, que tiene paredes grises, rejas negras, ubicada en plena esquina de la calle 2. Ingresaron a la vivienda forzando la puerta principal, con la orden de allanamiento. Sin embargo, uno de los sujetos que sintió el ruido, decidió sacar su arma y recibir a tiros a la delegación del cuerpo oficial. Los agentes respondieron contundentemente y lograron herir en varias oportunidades a Carmona y a Páez, que se incorporó a la reyerta segundos después.
Los sujetos fueron trasladados de urgencia hasta el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales Pastor Oropeza, donde llegaron sin signos vitales. Posteriormente, entrada la mañana, sus cuerpos inertes fueron trasladados hasta la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda.
Minutos después del intercambio de tiros, otra delegación del cuerpo de investigación acudió hasta el lugar del enfrentamiento para hacer las experticias de rigor y las investigaciones que concluyan el caso.
Se conoció que los dos abatidos son considerados como los autores del hecho violento donde fue herido de 4 disparos en el pecho el funcionario de la subdelegación del estado Lara, del Cicpc, Daniel Moreno, quien fue atacado cuando salía de la casa de su suegra en el barrio La Paz. Al funcionario le quitaron su arma y su credencial. Una semana después, las investigaciones dieron con el paradero de los presuntos autores.
De forma extraoficial se conoció que los dos ultimados eran jóvenes que «estaban en malos pasos», con múltiples antecedentes por droga, en el caso de Carmona, y de robo y cambio de seriales a vehículos en el caso de Páez.
Además, se supo que la casa, escena del enfrentamiento, era usada por los sujetos para esconderse después de cometer los delitos y como guarida y depósito de drogas o cosas robadas.