En deplorables condiciones se encuentra la morgue del Hospital Central Universitario Antonio María Pineda de Barquisimeto. Extraoficialmente se pudo conocer, que desde hace más de año y medio, el enfriador de las seis cavas, de doce puestos cada una, se encuentra sin funcionamiento, debido a la falta de mantenimiento, lo que acarrea un grave problema de contaminación en este recinto.
Solo 24 horas, es el tiempo que puede perdurar un cuerpo en este lugar, sin descomponerse, debido a estas condiciones. Aunado a esto, los cuatro mesones de acero inoxidable que se utilizan para realizar las autopsias, se encuentran deteriorados y continuamente remendados por el personal que labora en el lugar.
Las cloacas de las cañerías de esta morgue, vitales para el adecuado uso de este espacio, también se encuentran tapadas, y los botes de agua abundan.
Los profesionales que laboran en este recinto, no solo deben soportar estas críticas condiciones, sino también la escasez de insumos básicos como guantes, tapa bocas y bisturí, que sumado a la poca iluminación en la sala de autopsia, hace casi imposible el normal desenvolvimiento de sus labores, y van en contra de la seguridad y salud laboral.
El incinerador de la morgue de este Hospital Central, es un lujo de historia pasada. Ocho años lleva dañado, y desde entonces todos los desechos, son trasladados hasta el Hospital Luis Gómez López, donde son incinerados.
Como si fuera poco, al fuerte problema sanitario del lugar, se le suma el latente flagelo de la inseguridad. Los vidrios de las ventanas de esta morgue, han sido partidos por sujetos que descargan su furia y/o dolor por su ser querido, contra ellos. De igual modo se cometen actos vandálicos en la zona, lo que hace que el ejercicio de las labores diarias, sea casi un acto heroico.