El asesinato con saña de un exjefe de inteligencia e histórico compañero de Hugo Chávez agravó la preocupación por la violencia en Venezuela, país que ocupa el segundo lugar mundial en índice de homicidios y que constata cada vez mayor salvajismo en los crímenes.
Cuatro disparos en el rostro y en el pecho, signos de abundantes golpes, rastros de probables torturas. El cadáver del concejal del municipio caraqueño Libertador –que la morgue demoró 48 horas en poder identificar– es otra prueba de la violencia desaforada que azota a 30 millones de venezolanos que se sienten indefensos y que se salda en 65 asesinatos diarios.
«He dado la orden de que se haga una investigación completa, a fondo, de las extrañas circunstancias en las que apareció asesinado» Eliécer Otaiza, dijo la noche del lunes el presidente Nicolás Maduro, quien calificó como «hermano» y «héroe» a quien estuvo con Chávez desde primera hora y lo acompañó en su intento golpista de 1992.
Otaiza –quien propuso cambiar el nombre oficial del país al de República Bolivariana de Venezuela, según recordó este martes la televisión gubernamental– era velado este martes en la Asamblea Nacional y se esperaba que al final de la tarde concurra el presidente Maduro.
Violencia con saña
Las autoridades aún investigan el móvil del asesinato de Otaiza, pero versiones de prensa señalan que fue el robo, y que el cuerpo tenía el «rostro desfigurado» y presentaba «signos de haber sido torturado».
«Lo identificamos, a pesar de que estaba muy golpeado», dijo a la prensa el concejal Nahúm Fernández, jefe del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en el Concejo Municipal de Libertador.
Cada día la crónica roja de los medios venezolanos espanta. Y los fines de semana las morgues y casas de velatorio se ven desbordadas para servicios muchas veces con el ataúd cerrado debido a la violencia extrema que precedió la muerte y que no perdona a ningún sector social.
El fin de semana, un camarógrafo del canal ViveTV fue asesinado con seis disparos por su asistente en un estacionamiento, presuntamente debido a una deuda. En otro sitio un empresario fue asaltado y asesinado de ocho disparos. Este martes una mujer que comía un ‘hot dog’ en un puesto callejero fue asaltada y asesinada de varios balazos.
«La criminalidad es multicausal, pero en Venezuela las dos principales causas son la altísima impunidad del 95% y las altísima polarización, que como ha ocurrido en otros países de América Latina o África termina elevando la violencia en las calles», explicó a la AFP el psicólogo Angel Oropeza.
Para el también politólogo la impunidad además deriva en que cada vez sean más comunes los homicidios con una excesiva violencia. «Hay tanta impunidad, que si mato con facilidad y me acostumbro a matar, el siguiente paso es la saña porque el delincuente siente que no tiene freno», opinó.
País crispado
En un país crispado por la violencia y las divisiones políticas profundas, ni siquiera quienes tienen por función o preparación la responsabilidad de aquietar las aguas parecen lograrlo.
Este lunes, tras conocerse el asesinato de Otaiza, la ministra de prisiones Iris Varela prometió «venganza» desde su cuenta Twitter.
«Debemos decirlo: Eliécer, camarada. Tu muerte será vengada», escribió la funcionaria, quien después de tres horas y decenas de críticos tuits, matizó su amenaza explicando: «para mi venganza es ver tras las rejas a los asesinos».
La inseguridad –y el miedo cerval– acabó en Venezuela con las salidas nocturnas, las prendas costosas exhibidas e incluso con las llamadas telefónicas en lugares públicos e instauró el miedo en especial a la noche cuando los pocos automovilistas que se aventuran pasan sin detenerse en las luces rojas de los semáforos, prefiriendo el riesgo de un accidente.
En enero la exreina de belleza Mónica Spear, de 29 años, y su pareja, Thomas Henry Berry, de 39 años, fueron acribillados a balazos dentro de su automóvil delante de su hija de cinco años, quien sobrevivió. El caso conmocionó Venezuela y a la comunidad internacional.
Desde entonces, el gobierno adelanta planes para reforzar la seguridad, como el patrullaje en los municipios más violentos. Estos planes han recibido un nuevo impulso al calor de las protestas callejeras contra Maduro, que dejan 41 muertos, más de 700 heridos y 145 investigaciones por violación de los derechos humanos -la mayoría por trato cruel-.
Con una tasa de 53,7 homicidios por cada 100.000 habitantes, Venezuela es el segundo país del mundo con más asesinatos según cifras de Naciones Unidas para 2012. Pero la ONG Observatorio Venezolano de Violencia indicó que en 2013 esa tasa se situó 79 cada 100.000, lo que representa 25.000 muertes.