Unas 56 familias del caserío Los Naranjillos, del municipio Palavecino, viven con cada lluvia una pesadilla al evocar las repetidas inundaciones del año 2006, cuando las crecidas de la quebrada La Marimisa, anegaron sus casas dejando el amargo saldo de 170 personas damnificadas.
Hoy el estado de este afluente es deplorable a falta de mantenimiento preventivo desde el Gobierno de la alcaldesa Aura Contreras.
El profesor Freddy Meléndez, dirigente social de la localidad, acompañado de Virginia y Aracelis Rivero, Carmen Peña y Javier Meza, indicó que La Marimisa representa un alto riesgo para los habitantes de La Turbina y para las viviendas de Los Naranjillos parte central.
Nula prevención
“No estamos inventando esta teoría, pues nos afincamos en las recomendaciones citadas en la actualización del Plan Rector de Drenajes de Palavecino, elaborado por el ingeniero César Albahaca, quien destaca que la descarga de aguas pluviales de la serranía de Terepaima, del Estadio Metropolitano de fútbol, de la Autopista Barquisimeto Acarigua y del Parque Cementerio Metropolitano, corren por este afluente, constituyendo ya este canal insuficiente para semejante torrente”, apuntó Meléndez.
La quebrada atraviesa todo el caserío y “pone en muy alto riesgo la vida de las personas que habitan en este sector”.
Inclusión en el cronograma
Meléndez exhortó al alcalde José Barreras para que incluya “prioritariamente” la quebrada La Marimisa en el cronograma de limpieza de canales que desarrolla la Alcaldía desde el pasado mes de enero, dado los antecedentes de desastres ocurridos en el sector como consecuencia de múltiples factores.
Dijo que junto al ingeniero Manuel Cols, director general de la dependencia pública, recorrieron parte de la quebrada donde el funcionario pudo constatar el grave riesgo, prometiendo hace dos meses, que ese curso de agua sería intervenido.
“Al parecer, para la Alcaldía de Palavecino, seguimos estando inscritos en la lista de ciudadanos de segunda, por ello, nuestro exhorto a tomarnos en cuenta”, advirtió.
