El Gobierno venezolano no sólo debe propulsar el resurgimiento del aparato productivo nacional como una solución a la crisis de escasez e inflación que afecta hoy al país.
A juzgar por las palabras de expertos energéticos, está obligado a hacerlo, porque si no retrocede nuestra dependencia casi absoluta de la renta petrolera, nada salvará a Venezuela del desastre económico cuando ya a nadie le interese su riqueza mineral.
El plazo es de 20 años, cuando, de acuerdo con José Luis Cordeiro, profesor de la Universidad de la Singularidad que crearon la NASA y Google en California, Estados Unidos, para buscar nuevas fuentes alternas, el mundo se moverá con energía solar y no energía fósil.
«La energía solar es casi infinita, en los últimos 10 años se han hecho avances impresionantes. Ya hoy es más barata la electricidad producida por paneles solares que la proveniente de fuentes térmicas basadas en carbón, gas y petróleo, y en la próxima década se va a seguir abaratando.
Es lo que se llama la crónica de una muerte anunciada. El petróleo ya se sabe que va a morir», manifestó. De acuerdo con el ingeniero venezolano, ponente en el foro de Cedice, América Latina: La libertad es el futuro, los países desarrollados ya han comenzado la transformación en función de esta realidad.