La tragedia que se presentó aquel diciembre del 2010 para un considerable grupo de familias de Guarico no ha concluido, pues las viviendas que les prometieron para sustituir las que les llevó la quebrada aún no han sido construidas.
La profesora Jenny Rodríguez, luchadorasocial de la población morandina, informó que una buena parte de esos grupos familiares continúa viviendo en albergues provisionales mientras las casas prometidas desde la alcaldía y el ministerio de Hábitat y Viviendas no saben para cuándo estarán listas.
Debido al desbordamiento de la quebrada Burón-Las Limas, varias viviendas al este de Guarico se desplomaron por completo y otras fueron declaradas inhabitables, siendo reubicadas las familias en escuelas y otros sitios con la promesa de que en poco tiempo les harían sus nuevas casas.
Explicó Rodríguez que algunos de esos grupos, cansados de estar en los albergues, se “arrimaron” con parientes y algunos, a pesar del peligro que representan, regresaron a sus casas originales.
En la actualidad hay 12 familias albergadas en el club social, 10 en el salón parroquial y 3 en la sede de la red de emergencia, para un total de 25, conformando cerca de cien personas, entre adultos y niños.
Son personas para quienes las esperanzas se están perdiendo pues del lote de casas prometidas no se ha hecho prácticamente nada como puede ser constatado en el terreno habilitado, en la entrada a la población.
“Ahí lo único que han hecho es colocar tres lozas y como ya comenzaron las lluvias no se sabe si seguirán trabajando y para cuándo estarán listas”, afirmó.
En ese sitio se hizo el movimiento de tierra hace más de dos años pero, de acuerdo a algunos de los damnificados, en un principio se notaron irregularidades pues personas ligadas al partido de gobierno, no damnificadas, estaban figurando como favorecidas con algunas de las soluciones habitacionales.
Representantes de los afectados han insistido en sus gestiones ante la alcaldía de Morán, Ministerio de Hábitat y Vivienda y Safonac en la necesidad de que no se permita el ingreso de vivos y se agilice la construcción de las casas pues ya están cansados de vivir en los albergues donde no existen las condiciones necesarias para una familia, sobre todo si se toma en cuenta que entre los damnificados hay varios niños.
Por otra parte, en la quebrada Las Limas-Burón no se ha vuelto a trabajar en su canalización para impedir que una crecida como la del 2010 se lleve las viviendas que aún quedan, aunque en condiciones de riesgo.