Cuba aprobó un paquete de medidas que flexibiliza la toma de decisiones, la producción y comercialización de las empresas estatales dándoles más autonomía en su gestión.
La Gaceta oficial de Cuba dio a conocer el lunes una serie de resoluciones que regulan la actividad de las firmas estatales dándoles espacio para una administración menos vertical desde los ministerios y el gobierno.
Así las empresas podrán decidir por sí mismas sus objetos sociales secundarios, es decir, estarán autorizadas a realizar labores derivadas de su actividad central -por ejemplo reciclar o comercializar otros productos-.
También estarán en disposición de comercializar el excedente de sus compromisos con el Estado a precios de oferta y demanda con terceros o en el mercado.
Las firmas podrán retener hasta 50% de las utilidades después de impuestos al cierre del año, lo que significa un 20% más que lo que hasta ahora estaba establecido. Ello les dará capacidad de reinvertir. A su vez trabajarán en base a un plan aprobado por un consejo empresarial, sin necesidad de que sea el ministerio del ramo el que les diga qué producir y cómo.
Paralelamente las empresas tendrán la posibilidad de distribuir utilidades entre los trabajadores como estímulo por la eficiencia económica.