Durante los últimos tres días de vida Ludwing Javier Acuña Camacho, de 45 años de edad, artista asesinado el pasado viernes en la calle 57, pidió a sus hermanos que cuidaran de sus tres hijos y de su padre.
Ayer, en medio de la ceremonia velatoria, en la cual unos 20 artistas regionales y nacionales le rindieron homenaje, su hermana Ruthmari Acuña comentó que dos días antes de que lo mataran Ludwing le escribió un mensaje en el que le pedía que por favor cuidara a sus hijos. “Por favor, cuiden a mis hijos y a mi padre…Era muy alegre, tratable”.
A Ludwing Javier lo mató un hombre cuando tenía su carro accidentado en la calle 57. El asaltante trató de robarle el carro, el hombre le disparó en el abdomen y le arrancó el celular. No pudo llevarse el vehículo. El mecánico y amigo que le reparaba el vehículo montó al artista en una ambulancia y lo llevó al Seguro de la 50 donde murió. Deja hijos de 17, 12 y 6 años. Tenía 26 años de carrera artística. “Él comenzó muy joven; dejó la universidad y se dedicó al espectáculo. Siempre fue su pasión. Era un excelente hijo, padre, profesional; muy querido por todos”.