Por la puerta del sol – Vivir es más que estar y respirar

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“El cuerpo humano es el carruaje; el yo es el hombre que lo conduce;  el pensamiento son las riendas; los sentimientos los caballos” (Platón)
Nacemos con una naturaleza suministrada, cálida o fría. El niño nace con el espíritu que va cambiando con el tiempo y con los años. En su desarrollo personal influyen factores propios, familiares, sociales, culturales. A través de sucesivas etapas van quedando depositados en la memoria las circunstancias en que se desenvuelve, principios inculcados, creencias, cariño, solidaridad, hábitos, disfrutes, educación. Con sus excepciones los seres humanos somos consecuencia de la formación recibida desde la infancia, el resultado de la arcilla con que se forjó nuestra alma.
Lin Yutang menciona como los peores engaños del ser humano la fama, la riqueza y el poder; Unamuno defiende la posición del hombre que vive y desea vivir naturalmente, sin fórmulas ni cadenas; según la teoría de Lao- Tsé las experiencias externas sirven para sentir, el mundo y experiencias internas para comprenderlo; quien escribe este artículo piensa que estando la vida tan sumergida en tabúes, codicias,  mitos, apariencias, engaños y jactancias, será difícil que  saquemos tiempo para escuchar el mensaje, las fallas y advertencias que día a día nos envía el rostro del espejo.
El hombre mantiene un montón de esperanzas aferradas a su piel, lleva adherido al alma el fantasma de sus miedos,  los reclamos de su conciencia, insiste en poner el pesimismo por encima de la lucha, la duda por encima de la fe. Somos caminantes, universos errabundos, huéspedes de un día, golondrinas pasajeras, sufrimos mucho, reímos poco, queremos que todos corran por nosotros, pero no corremos por nadie. Definitivamente debe ser más feliz un gusano en su terrón que un rey en su palacio,  más feliz el niño del tugurio que monta su caballito de palo sintiéndose como rey en su alazán, que aquel que aunque lo tiene todo nada le es suficiente para hacerlo feliz. Esas son las paradojas de la vida.
Existir no es un mito, es una realidad tangible única, es más que cualquier maravilla; es esa teoría en la que todo figura y está al alcance para ser felices. No es una tarea imposible, es una aventura maravillosa, entenderla es haber encontrado el cielo en la tierra.
Hay días de alegrías infinitas, de grandes frustraciones y tristezas, hay aquellos en los que las mismas penas nos hacen sonreír. “hay otros como dice Barba Jacob en que la noche nos sorprende en rútilas monedas tasando el bien y el mal”
En medio de placeres y de riesgos, de glorias y miserias, un solo momento de enmienda y alegría, traen al alma toda la luz que fue abolida. Vivir es más que estar y respirar, es un ejercicio contra el infortunio, es la fiesta de las fiestas, es entusiasmo, ser uno mismo. Son breves los momentos de alegría y las cúspides de gloria limitadas. Cada día es una flecha disparada que se va, un día más para vivir, uno menos para disfrutar…

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