Dirigentes opositores y estudiantes venezolanos criticaron el viernes un fallo del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que obliga a pedir autorización para protestar y habilita a la policía a actuar en caso contrario, en el marco de las manifestaciones que dejan 41 muertos.
Desde el 4 de febrero, Venezuela es escenario de protestas callejeras contra el gobierno de Nicolás Maduro por la violencia criminal y la crisis económica, ilustrada con una inflación que roza el 60% anualizada a marzo y la escasez de productos como leche, azúcar, aceite, papel higiénico o desodorantes.
«La calle no calla», pintaba en un mural en el este de Caracas, un pequeño grupo de estudiantes, quienes lideran las protestas y convocaron a una manifestación en el centro de la capital el sábado.
El fallo del TSJ emitido el jueves, señaló que «cualquier» manifestación «que no cuente con el aval previo (…) podrá dar lugar a que los cuerpos policiales (…) actúen dispersándola» con el fin de garantizar el derecho al libre tránsito, entre otros.
«Autorizar significa que necesitas un acto probatorio para el ejercicio de tu libertad de manifestar, lo cual es absolutamente contrario a los principios democráticos», criticó el alcalde opositor del municipio capitalino de Baruta, Gerardo Blyde, en rueda de prensa junto a otros alcaldes de Caracas.
El TSJ interpretó que cuando la legislación venezolana fija la obligación a «participar» a las autoridades locales que se realizará una manifestación, implica a su vez una solicitud de autorización, sin embargo para Blyde esa normativa se limita más a una notificación, que a una solicitud de permiso.
La sentencia del máximo tribunal recuerda que el desacato a esta normativa podría constituir un delito de desobediencia, sancionado con hasta 30 días de prisión.
Aunque las protestas han bajado de intensidad, aún perduran focos de violencia principalmente en el este de Caracas y ciudades como Mérida.
Algunas manifestaciones opositoras han tratado de transitar por el municipio de Libertador, en el centro de Caracas y gobernado por el chavismo, pero han sido dispersadas con gases lacrimógenos y chorros de agua por fuerzas antimotines.