Anaqueles vacíos, santamarías abajo, muy poca mercancía, y trabajadores con rostros llenos de preocupación es la imagen que muestran los centros comerciales no sólo en la capital de la República, sino también en otras ciudades del país, entre ellas Barquisimeto.
La llamada «guerra económica» que el Gobierno inició en noviembre del 2013 dejó fuertes secuelas en los principales comercios del país, especialmente aquellos dedicados a la venta de ropa, calzados y electrodomésticos. Las restricciones para el acceso a las divisas hace que los comercios bajen sus inventarios de productos, aunado al alto índice de inflación por el que atraviesa el país. Hoy, cinco meses después, el escenario es deprimente, según comentan los consumidores.
Este martes la gran cadena de ropa española Zara y Berska anunció el cierre de tres de sus tiendas en los principales centros comerciales del país, en ciudades como Barquisimeto, Maracaibo y San Cristóbal. La razón: la política económica cambiante auspiciada el mandatario bolivariano Nicolás Maduro. Solo quedarán operando las sedes de El Recreo, Sambil y El Tolón en centros comerciales de la capital caraqueña.
Para los centros comerciales, la situación también se complicada debido a la puesta en marcha de la nueva Ley de Arrendamiento que regula el precio de hasta 250 bs. por metro cuadro, además de la Ley del Trabajo y la regulación de horarios y rotaciones. Incluso la Cámara Venezolana de Centros Comerciales había decidido cerrar los lunes, pero fue suspendida la medida tras conversaciones con el Gobierno nacional.
Lo cierto del caso es que el panorama es desolador en las vitrinas de estas tiendas y comercios, considerando que estos no sólo son espacios de compra y venta de productos sino también de esparcimiento para los venezolanos.