Uno a uno, elementos de la Guardia Costera cargan los cuerpos cubiertos con lienzos blancos de un barco a una tienda en el muelle de esta isla, el primer paso para identificar un creciente número de cadáveres consecuencia del hundimiento de un ferri sudcoreano hace casi una semana.
Decenas de policías vestidos con chalecos color verde fosforescente formaron un cordón alrededor del muelle a medidas que los cuerpos llegaban el martes. Desde que los buzos lograron entrar al barco sumergido durante el fin de semana la cifra de víctimas mortales se ha disparado. Autoridades dijeron el martes que hay 104 muertes confirmadas mientras más de 200 personas continúan desaparecidas.
Si un cuerpo carece de identificación detalles como la estatura, longitud del cabello y las ropas son colocadas en un pizarrón blanco para las familias que esperan noticias en la isla de Jindo.
Entonces los cuerpos son llevados en ambulancia a dos tiendas, una para hombres y chicos, la otra para mujeres y chicas. Las familias escuchan en silencio mientras un funcionario los orienta, luego forman una fila e ingresan. Sólo se permite entrar a los familiares.
Durante breves momentos hay silencio. Luego el llanto pleno de angustia, los quejidos, los gemidos. Durante casi una semana no sabían si debían entregarse el duelo y ahora parece que los están despedazando.
«¿Cómo voy a vivir sin ti? ¿Cómo va a vivir tu madre sin ti?», grita una mujer.
Esta escena dolorosa espera a muchas familias de los desaparecidos tras el hundimiento del Sewol. Los parientes que soñaban con un rescate milagroso ahora sólo esperan que los restos de sus seres queridos sean recuperados pronto, antes que el mar dañe más los cuerpos.
Alrededor de 250 de los más de 300 desaparecidos eran estudiantes de una escuela preparatoria de Ansan, cercana a Seúl, que iban de visita a la isla de Jeju.
El capitán del ferri, Lee Joon-seok, y dos integrantes de la tripulación están bajo proceso por presunta negligencia y abandono de personas que necesitaban ayuda. La fiscalía ha detenido a otros seis integrantes de la tripulación —cuatro el lunes y dos el martes— pero aún debe obtener las órdenes de arresto.
Los cuerpos son identificados visualmente por las familias han dado muestras de ADN para el caso de que la descomposición haga imposible la otra vía.
El martes se llevaron a cabo los funerales de más de 10 adolescentes en Ansan, y autoridades educativas construían un memorial temporal que se esperaba terminar el miércoles.
En una reunión de gabinete el lunes la presidenta Park Geun-hye dijo: «El capitán y parte de su tripulación hicieron cosas incomprensibles desde el punto de vista del sentido común. Su conducta fue homicida e imperdonable».
El capitán ha dicho que esperó antes de dar la orden de evacuar porque las corrientes eran poderosas y el agua estaba helada, además de que los pasajeros podrían haber quedado a la deriva antes de que la ayuda llegara.
Una transcripción de las comunicaciones entre el barco y tierra difundida el domingo mostró que la indecisión causó parálisis en la nave. Un integrante de la tripulación preguntó varias veces si los pasajeros serían rescatados en caso de que abandonaran la nave aunque el ferri ya estaba tan escorado que el escape era imposible.
El vocero de los servicios de emergencia Koh Myung-seok informó que los cuerpos se han hallado principalmente en el tercer y cuarto nivel del transbordador, donde al parecer muchos pasajeros se reunieron. Muchos estudiantes estaban alojados en los camarotes del cuarto piso, dijo Koh.
La causa del desastre aún es desconocida y las explicaciones se enturbiaron más el martes cuando un funcionario sudcoreano dijo que el ferri dio un giro mucho menos pronunciado antes de que la nave se hundiera de lo que se había difundido.
Información transmitida por el sistema de identificación automática del Sewol, un transmisor usado para rastrear la ubicación del barco, muestra que el navío hizo un giro en forma de J antes de escorar y hundirse.