Un gobierno cargado de rencor, odio y violencia como norma ideológica para la dominación y la perpetuidad, no se puede permitir la insurgencia de sectores disidentes en la calle. El silencio mediático permite a regímenes como el venezolano, asfixiar la disidencia con el uso y abuso de la fuerza brutal de factores incondicionales de la FANB, aunado a los colectivos armados y milicias. Sin embargo, la receta cubana no ha dado el resultado esperado en nuestro país, quizás por razones de fondo asociadas a la cultura profundamente democrática de una clase media formada al cobijo de los 40 años, descalificados, por quienes defienden la revolución como fórmula idónea para vivir sin trabajar y saquear las arcas nacionales…
Los sectores disidentes u opositores, parecieran fracturarse de cara al dialogo convocado por el designado, sin medir en profundidad lo acertado de asistir a un escenario al cual jamás se hubiese accedido sin contar con una fuerza estudiantil de calle suficientemente poderosa como para colocar contra la pared a un gobierno con fragilidad de origen, que en el marco de las protestas, desprestigia vertiginosamente su careta democrática en el plano internacional. De tal manera, que en lo personal, no vemos razón alguna para discrepar del dialogo o de la protesta pacífica de calle, como formula inequívoca para avanzar hacia las reformas políticas, económicas y sociales que exige Venezuela en medio de la crisis más aguda de los últimos 50 años.
No existen razones para abandonar la calle, y los factores democráticos deben fortalecer su presencia en las mesas de diálogo. Ambos escenarios son perfectamente conjugables y digeribles por parte del liderazgo opositor, partiendo de una realidad histórica invariable en todos los tiempos, como son los estudiantes como agentes catalizadores del descontento y la disidencia. Los estudiantes han acuñado en las entrañas de nuestro país, lo más puro y genuino del sentimiento de libertad al cual nos negamos a renunciar. Son la expresión más hermosa que sociedad alguna pueda exhibir frente a la historia escrita y por escribir. Su fuerza subyacente radica en la transparencia de sus ideales para la conquista de un futuro que se les torna incierto. Su determinación a la lucha es la expresión de unos padres que nos dimos a la tarea de formarlos por y para la libertad…
Mis comentarios:
.- Un aspecto básico para la lucha democrática, es la defensa y apoyo a nuestros gobiernos regionales y municipales…
.- Demostrar que podemos exhibir gobiernos y gobernantes capaces de atender las necesidades de todos sin distingo ideológico, es el gran reto de las fuerzas democráticas…
.- Es demasiado grave lo que nos estamos jugando, como para continuar con mezquindades partidistas en desmedro de nuestros propios gobiernos y gobernantes.
.- Las apetencias personales deben ser depuestas por completo para pensar en una unidad superior que anteponga la restitución de las libertades democráticas por sobre las pequeñas aspiraciones de tipo personal.
.- Calle y diálogo. Diálogo y calle son acciones fundamentales que van de la mano para avanzar hacia los cambios que la sociedad exige.
.- La historia nos mira y nos juzga. Nuestros hijos lo merecen…
León rugiente y oso hambriento es el príncipe impío sobre el pueblo pobre…(Proverbios:28-15)
[email protected]
@sergioborgel
