Una mezcla de nostalgia por el pasado de The Beatles y alegría por disfrutar a Paul McCartney cautivó el sábado a Uruguay por segunda vez en la historia, con un show de casi tres horas en las que el músico confirmó que es un gigante mundial de la música.
«Eight days a week» abrió el recital -que congregó a más de 45.000 personas en el estadio Centenario de Montevideo- y a partir de ese momento un cuidado juego de luces e imágenes se acopló a la calidad musical e interpretativa de McCartney y su banda.
«Esta noche intentaré hablar un poco de español», comentó el cantante desatando el delirio del público que durante el show disfrutó de constantes guiños del artista quien derrochó calidez y gestos de agradecimiento, dos años después de su primer paso por el país.
El músico británico -de 71 años- se lució en la guitarra, en el piano, pero sobre todo con su impecable voz con la que sin pausas interpretó temas clásicos de The Beatles, Wings y su etapa solista hasta su último álbum New.
Uno de los momentos más emotivos e intimistas de la noche llegó con una sentida interpretación de «Blackbird», que conmovió al público, mientras que con «Let it be» transformó tres tribunas del Centenario en un firmamento plagado de pequeñas luces salidas de celulares y cámaras.
El distendido McCartney hizo realidad el sueño de dos fanáticas que subieron al escenario para que les firmara un autógrafo en la espalda y cumplió el deseo de un hombre ubicado en las primeras filas que le pedía a gritos el tema «One after 909».
Horas antes de su presentación en Montevideo en el marco de la gira mundial ‘Out There’, se había difundido un video en el que McCartney era entrevistado por Luis Suárez, el goleador uruguayo del Liverpool inglés, por lo cual su mención durante el show desató el delirio de los locales.
Durante la entrevista, McCartney aseguró que Inglaterra «va a ganar la Copa del Mundo» de Brasil-2014 y confesó: «¡Mi jugador favorito, soy yo!».
A lo largo de más de 30 temas musicales, incluidos «Yesterday», «Helter Skelter» y «Golden Slumbers», fuegos artificiales, juegos visuales elaborados sobre el imponente escenario -de 70 metros de ancho , 22 de alto- y dos pantallas gigantes, McCartney reafirmó en el escenario la respuesta que le dio a Suárez sobre su éxito.
«Sólo son buenas canciones… ese es el por qué» de la incondicionalidad que el exBeatle despierta en sus fanáticos, que en Uruguay ya están pensando en una tercera vuelta.