La actividad comercial en el centro de Barquisimeto se reanudó ayer tras el par de días feriados que bajó las santamarías de los negocios.
En pleno asueto no se agotaron las colas afuera abastos o farmacias.
Los usuarios sacrificaron su tiempo de descanso para buscar harina, leche, aceite, papel, jabón de tocador e, incluso, compotas.
Como un calvario describieron las cabezas de familia la tarea de hacer mercado en la ciudad.
La escasez de productos de la cesta básica los obliga a recorrer cuatro o más supermercados al día para encontrar alimentos típicos de la mesa venezolana, o artículos de higiene.
“Estamos sometidos a hacer colas en Semana Santa por la crisis. No es el deber. Aquí todo es un sacrificio”, dijo la señora Neida Rodríguez.
Ayer, como ocurre usualmente, demoraron casi una hora, o más, para comprar solo un paquete de papel sanitario, o dos kilos de harina.
Yorbelis González fue al centro de paseo. Pero al observar la inmensa fila de un abasto decidió incorporarse, aunque desconocía cuáles productos estaban vendiendo.
“Ahora se vive estresado, pensando qué comer, qué hacer para sobrevivir entre tanto desorden”, precisó la misma entrevistada.
Se conoció que algunos usuarios llegan al extremo de enviar artículos desaparecidos de los anaqueles por encomienda, a familiares de otras regiones que urgen de fórmula infantil, leche para los pequeños o medicinas.
Movimiento en el centro
A diferencia del Jueves y Viernes Santo, la mayoría de los negocios en el centro abrieron sus puertas al público el sábado. Se evidenció el habitual movimiento en la avenida 20 y las calles próximas.
Onelio Velásquez, comerciante informal instalado en la Plaza San José, declaró que el sábado tuvo una jornada tan productiva como otros fines de semana.
Al consultarle sobre la recolección de basura en la zona, respondió que fue efectivo el operativo de Imaubar. En comparación con años anteriores, acotó, las calles lucían más limpias y eso afianzó la actividad comercial.