El escenario ideal sería que estas fotografías retrataran un dolor crudo pero personificado. Un concepto que retara, cual actor, al fotografiado. Sin embargo, esta serie de imágenes (que le han dado la vuelta al mundo) son el resultado de la frustración que significa ver cercenados los derechos elementales de unos ciudadanos que, como Daniel Bracci, creador de la iniciativa, sueñan con desarrollar sus vocaciones y pasiones en plena libertad
Daniel Bracci creció en un país “donde todo era posible”. Desde su adolescencia su universo creativo se ha paseado entre la fotografía y el diseño gráfico. Le apasiona la moda. Los últimos 10 años los ha pasado explorando el mundo editorial venezolano y latinoamericano, Ocean Drive y El Nacional representaron sus orígenes en la prolífica carrera profesional que ha cosechado.
Entre sus placeres está el uso que puede hacer del color. Adora recrear universos paralelos donde la magia y la utopía queden plenamente plasmadas. Entonces, llegó el día gris. Su abuelo de 95 años muere en manos del hampa. “Sentí que no hubo justicia para nuestra familia”. Es allí donde viene la frustración, como suele suceder con el sistema judicial en Venezuela, el caso de su abuelo quedó sin resolverse.
Encauzar el dolor a través de la expresión artística fue su respuesta. “Cuando pensé en crear las fotos me imagine los campos de concentración de los judíos en la Segunda Guerra Mundial… Nos están cercenando lo más puro que puede tener cualquier ciudadano que es la libertad de expresión”, agrega Daniel.
Las fotografías de Bracci le han dado la vuelta al mundo, el exasperado devenir venezolano le ha sumado causas a su campaña. Cada personaje que retrata cuenta, sin hablar, su propia historia, una realidad particular. Una realidad de la cual se hace eco todo un país. En los últimos meses ha fotografiado a la mayoría de los protagonistas de esta cruzada que pretende encontrar libertad. El político Leopoldo López, el escritor Leonardo Padrón, la presentadora Verónica Rásquin, la ex Miss Universo Estefanía Fernández, por nombrar pocos, se han sentado frente al lente del fotógrafo.
“El concepto es crudo, rudo, doloroso y angustiante” comenta. Es así como en tiempos intrincados se vuelve ponderable cada manifestación sincera y creativa, históricamente, el arte siempre ha estado vinculado a las luchas sociales. Daniel Bracci dice que sus fotografías muestran una realidad que quisiera convertir en ficción. Por ello, sigue creando, sigue levantando la voz con maquillaje, texturas y luz. Presiona el obturador, produce la imagen y confía en que la reconciliación y el cese de injusticias están cerca.
En sus palabras
Sabemos la relevancia que han tenido las redes sociales en esta situación que vive el país, con respecto a eso ¿Hasta dónde han llegado tus fotografías?
Han sobrepasado las barreras, mundialmente las imágenes han sido vistas en sitios inimaginables. Hace poco la foto de Tamara Adrian fue expuesta en San Petesburgo en una exposición llamada “Legislación”, creada para defender los derechos GLBT… Muchas personas me han escrito sobre las fotografías y lo que trasmiten.
¿Alguna anécdota particular que quieras compartir con la revista Gala?
En este recorrido me he topado con personajes que me han hecho crecer como artista y Venezolano, cada día tengo más ganas de ayudar a todo el que lo necesite así no tenga las posibilidades. La historia de Elena Brito, esposa del fallecido Franklin Brito, me dejó mucho para reflexionar. Fue muy conmovedora.
Has retratado a la mayoría de los personajes relevantes en esta lucha, ¿Cómo llegaste a ellos?
Los que me conocen saben que soy muy persistente, cuando quiero lograr algo pongo el 100% de mis capacidades. Muchos en el medio conocen mi trabajo de moda, tanto en Venezuela como en el exterior y cuando plantee la idea muchos se comprometieron a participar. A la mayoría fui contactándolos poco a poco y, además, creo que en la vida todo se puede lograr si tienes un poco de fe y crees en ti mismo.
¿Cómo fue tu interacción con ellos?
Fue excelente y una experiencia muy bonita ya que pude conocer más a fondo a cada personaje, no como figura pública si no como venezolano, a un nivel más personal.
¿Qué podrías contarnos acerca de esas sesiones?
Una de las sesiones que me encantó y siempre lo recalco es la de Verónica Rasquin con su hija. Yo le pedí hacer esa foto porque quería representar lo que significa la madre Venezolana, mujeres luchadoras y persistentes que nos cuidan diariamente de cualquier peligro.
Otra experiencia que me causó impacto fue la de Indira Peña Exclusa, esposa de un preso político, se me aguaron los ojos al sentir el dolor que ella estaba pasando.
¿Qué incluye el trabajo de postproducción y edición de tus fotografías?
Todas las fotografías las hago con maquillaje real. Yo mismo los maquillo en el momento para causar el impacto visual que quiero, como las texturas, por ejemplo, cuando les pongo las mordazas siento esa angustia que transmiten las fotos.
@Revista_Gala / @vanevane5
