Al caer la tarde, entre crepúsculos, y con el pecho inflado de tanto orgullo, Yulianny Goyo y Crelys Liscano, larenses que estuvieron en Costa Rica con la histórica selección sub17 femenina, arribaron a Barquisimeto para reencontrarse con sus familiares y compartir la emoción que significó el inolvidable cuarto lugar registrado en la recién finalizada cita mundial.
Goyo formó parte de la plantilla de jugadoras y recibió minutos en la parte final del encuentro por el tercer lugar frente a Italia, mientras que Liscano estuvo al lado del técnico Kenneth Zseremeta, como integrante del exitoso cuerpo técnico.
Las trajo de regreso a su tierra el bus oficial de la Vinotinto. Sobre las seis de la tarde bajaron del vehículo, en los alrededores del estadio Farid Richa, y de inmediato se produjo el estallido de bulla y alegría de parte de familiares, amigos y demás personas que la esperaban en el sitio, un recibimiento que contó con la presencia de Eduardo Vespa, presidente de la asociación local de la disciplina, y Carlos Rodríguez, principal autoridad de Fundela.
Abrazos, besos y demás gestos de cariño recibieron al llegar. Y por supuesto, lágrimas de orgullo, como en el caso de Sonia Goyo, la madre de la niña de 16 años que puso a Lara en el contexto de un mundial por segundo vez historia. Antes los había hecho Francisco “Minino” Flores, al igual que Goyo formada en la escuela de fútbol Máximo Viloria.
Goyo, que estudia quinto año de bachillerato y juega al balompié desde los nueve años, es una chica tímida, razón por la que le rehuye a los micrófonos y grabadoras. Pero igual se animó a ofrecer palabras sobre el logró sellado por la sub17 femenina en Costa Rica.
“Nos sentimos campeonas, estoy muy orgullosa”, señaló la mediocampista y volante, quien se gozó el recibimiento, acompañada por su madre y sus tres hermanas.
“Jugué pocos minutos, pero los disfruté mucho y me siento contenta de ser parte de este logro”, agregó la jugadora, que en pleno mundial tuvo algunos problemas de salud, lo que dio al traste con sus posibilidades de ser titular, como, al parecer, era la idea inicial del cuerpo técnico.
Liscano, en contraparte, es más suelta. Esta profesora dirigía a la selección de Lara en una nacional y su trabajo generó tantos elogios que el propio DT nacional decidió incluirla dentro de su grupo de colaboradores.
Por ende, vivió todo el proceso y considera que el cuarto lugar es un enorme logro. “Repito lo que dijo Zseremeta, estas niñas, para nosotros, son campeonas, porque lo que logramos lo hicimos, a veces, con poco apoyo, entonces no es fácil llegar a dónde llegamos, más si se toma en cuenta que es la primera vez que una selección de la Conmebol llega a semifinales”, indicó la entrenadora.
A juicio de Liscano, las alegrías no paran allí, ya que está selección criolla es la base para encarar los Juegos Olímpicos de la Juventud de este años y la experiencia del mundial les servirá para llegar mucho más fuertes a la cita, a la espera de estar en lugares de protagonismo.