El gobierno y la oposición de Venezuela preparaban para el jueves la primera sesión de un diálogo de paz que contará con el acompañamiento de Unasur y el Vaticano, tras dos meses de protestas que han dejado 39 muertes y 600 heridos.
El líder opositor Henrique Capriles confirmó que acudirá al encuentro, poco después de que el gobierno del presidente Nicolás Maduro invitó formalmente al secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, para que sea «testigo de buena fe» durante las conversaciones.
«Le digo a nuestro pueblo: yo voy mañana (jueves) a defender la verdad, porque con la verdad ni temo ni ofendo. Se quiere abrir ese espacio, allá iremos», aseguró Capriles, gobernador del estado Miranda (norte) en un acto público.
La víspera, en un inédito encuentro entre Maduro y la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) facilitado por cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) se acordó el próximo inicio del diálogo, que será transmitido por todos los medios de comunicación.
«Todos vean la cadena (la transmisión) porque les aseguro que si esa reunión es en (el palacio de) Miraflores, cuando nos toque hablar temblará en Miraflores porque le diremos al gobierno la verdad», afirmó Capriles, representante del ala moderada de la MUD.
Durante las protestas, el líder opositor ha fustigado la gestión de Maduro ante la crisis económica, que registra la inflación más alta de Sudamérica, padece una escasez de productos básicos, así como inseguridad, problemas que se convirtieron en detonantes de las manifestaciones.
«La verdad es que las cosas no van bien y aquí tiene que haber un cambio», afirmó Capriles, quien perdió las elecciones del 14 de abril de 2013 contra Maduro por 1,5 puntos porcentuales, la diferencia más estrecha entre oposición y chavismo en los últimos 15 años.
«¡Qué va a hacer temblar nada!», respondió el canciller Elías Jaua, quien también fustigó que Capriles haya «permitido que durante ocho semanas se ejerza la antidemocracia y la violencia» en Miranda, estado contiguo a Caracas del que Miranda es gobernador, uno de los focos de las protestas.
«¿Cómo va a ser demócrata quien perdió las elecciones y llamó a la violencia porque había perdido y a estas alturas no reconoce al presidente legítimo constitucional?», expresó Jaua en un acto oficial.
Invitación al Vaticano
Este miércoles, el gobierno venezolano también invitó formalmente al secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, para que sea «testigo de buena fe» del diálogo, junto a los cancilleres de Brasil, Colombia y Ecuador, según se acordó el martes en la reunión preparatoria.
«Deseamos transmitir la invitación del presidente Nicolás Maduro a su santidad, el papa Francisco, con el propósito de que participe en los procesos de diálogo entre representantes del gobierno y la oposición venezolana a través de la designación de su persona como testigo de buena fe», señala una misiva enviada a Parolin por Jaua.
Parolin fue nuncio en Venezuela antes de asumir como secretario de Estado y su presencia es condición para el diálogo.
El canciller brasileño, Luiz Alberto Figuereido, quien se encuentra en Caracas, dijo el miércoles sentirse «satisfecho» por los resultados aportados para el diálogo gracias a meses de acción «discreta» de Brasilia.
Agenda
En la agenda a discutir, la MUD incluyó una amnistía para liberar al centenar de personas detenidas -entre ellas tres dirigentes opositores- en los disturbios, y que el gobierno acepte el «desarme bajo supervisión internacional» de los llamados colectivos, grupos civiles armados identificados con el chavismo.
La noche del martes, Maduro reflejó su rechazo tajante a ambas cosas. «Aquí va a haber justicia, no va a haber impunidad, tengan la seguridad de eso», dijo sobre el pedido de amnistía. Y sobre los colectivos negó que estén armados e insistió en denunciar una campaña de desprestigio.
En tanto, el Consejo Nacional Electoral (CNE) convocó este miércoles a elecciones el 25 de mayo en dos municipios para sustituir a dos alcaldes opositores, destituidos por permitir desórdenes públicos en sus ciudades durante las manifestaciones.
El primer acuerdo MUD-gobierno también ocasionó el rechazo del sector radical de la oposición, principalmente en el partido Voluntad Popular, cuyo máximo líder Leopoldo López está detenido hace casi dos meses, acusado de promover la violencia en las manifestaciones.
Las protestas opositoras fueron iniciadas el 4 de febrero por estudiantes de San Cristóbal, estado Táchira (oeste), en contra de la inseguridad y se extendieron a varias ciudades sumando reclamos contra la crisis económica, la represión policial y la detención de dirigentes políticos.