El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, expresó este martes su respaldo a la misión de Unasur que promueve un diálogo entre el gobierno y la oposición en Venezuela tras dos meses de protestas que dejan 39 muertos.
«Actualmente apoyamos mucho los esfuerzos de mediación de un tercero dirigidos a tratar de parar la violencia y ver si se logra un diálogo honesto» entre opositores y el gobierno de Nicolás Maduro, dijo Kerry en declaraciones al comité de Asuntos Exteriores del Senado.
Desde el inicio de las protestas en febrero, «por primera vez el gobierno y la oposición se van a reunir hoy (martes). Es un momento muy delicado y (existe) la posibilidad de una negociación», señaló el jefe de la diplomacia estadounidense.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, y una delegación de la opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD) acudieron este martes a la sede de la cancillería para asistir a una reunión preparada por la Unasur para planificar un eventual diálogo que ponga fin a dos meses de protestas.
La audiencia, que se extendió por casi tres horas, estaba prevista paradiscutir el presupuesto del Departamento de Estado, pero Kerry pasó la mayor parte del tiempo atendiendo preguntas sobre Ucrania, Siria e Irán.
El tema venezolano fue discutido a instancias del senador republicano Marco Rubio, quien ha denunciado al gobierno venezolano de usar cuerpos de seguridad y civiles armados para reprimir a los manifestantes.
Requerido por Rubio a condenar la violencia, Kerry esgrimió que no quería darle al gobierno venezolano «pólvora» que pueda usar como «excusa» contra Estados Unidos.
«¿Por qué no podemos decir que sólo porque tuvieron una elección no los hace una democracia y que este gobierno en Venezuela no se comporta como una democracia?», inquirió Rubio.
«Eso lo están poniendo a prueba», respondió Kerry. «Vamos a ver que la reunión se dé y vemos qué pasa luego», agregó.
Venezuela es sacudida desde hace dos meses por protestas que dejan 39 muertos, unos 600 heridos y más de un centenar de opositores detenidos y sometidos a proceso, entre ellos dos alcaldes destituidos y Leopoldo López, dirigente del partido Voluntad Popular.
Estados Unidos ha denunciado la violencia y la persecución de disidentes, ante lo cual el presidente Nicolás Maduro, elegido en abril de 2013, acusa a Washington de instigar y financiar las protestas, que considera «un golpe de Estado en desarrollo».
Caracas y Washington carecen de embajadores desde 2010, a pesar que Estados Unidos es el principal comprador de crudo venezolano.