De acuerdo a lo señalado en el Manifiesto de la Junta Patriótica Estudiantil y Popular, celebrada en Caracas el pasado domingo, los estudiantes fijaron su posición de no regresar a sus hogares hasta tanto rescaten la soberanía de la Nación.
En el oficio, aseguraron creer en el diálogo, pero en el marco de la sinceridad y el respeto. “No hay negociación con quienes matan, secuestran, torturan y allanan a la juventud. Con la tiranía no hay diálogo porque representan la destrucción del futuro de Venezuela. El fin del conflicto necesita de manera obligatoria el inicio de una transición de unidad nacional”, expresan los jóvenes.
Por tal sentido, rechazan el fenómeno del Madurismo, el cual hacen responsable de todos los hechos acaecidos desde el 12 de febrero.
Como segundo punto, explicaron que no aceptan a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) como mediador en el conflicto, pues opinan que esta organización internacional forma parte del sistema represor. “Su intervención es una interferencia y un obstáculo para lograr la liberación de Venezuela”, indican.
En tercera instancia, celebran la preocupación del mundo por la crisis acontecida en el país, que ha sido manifestada por oficios enviados por organismos internacionales que rechazan la presunta violación de Derechos Humanos en el país. En consecuencia, la junta estudiantil nombrará en las próximas horas una comisión para exponer la situación ante instituciones internacionales.
En el cuarto ámbito, subrayaron que la única posibilidad para la paz es “vencer al sistema político decadente”.
Por último, puntualizaron estar cerca de lograr sus objetivos, ya que han logrado construir un bastión impenetrable desde Táchira hasta Guayana. Según los datos de los estudiantes, luego de 64 días de protestas se ha registrado alrededor de 2 mil detenidos, 50 casos de tortura y más de 40 muertos.
Finalizaron el comunicado indicando que “no podrán detener a los hijos del pueblo: únanse al futuro con nosotros. Libertad o nada”.