Un grupo de cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas mantenía el martes reuniones con el gobierno y la oposición para impulsar un diálogo que permita superar la crisis que vive Venezuela, mientras en Caracas se vivía una nueva jornada de protestas callejeras.
Los ministros de Relaciones Exteriores de Brasil, Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Uruguay, Ecuador, Surinam y Colombia buscan conciliar entre las partes unas condiciones mínimas para un eventual encuentro y una agenda de discusiones.
Aunque el presidente Nicolás Maduro dio como un hecho que el martes se reuniría con representantes de la oposición, miembros de la coalición opositora de la llamada Mesa de la Unidad Democrática descartaron por el momento esa posibilidad.
“¿Cómo nos vamos a sentar si no hay una agenda acordada y eso para nosotros es un prerrequisito?”, afirmó el diputado del partido opositor Causa R, Andrés Velásquez, al asegurar que mientras no se definan las condiciones para el encuentro y un “mediador de buena fe”, tal como ha exigido la Mesa de la Unidad, las conversaciones no podrán concretarse.
Velásquez dijo a The Associated Press en entrevista telefónica que los cancilleres de Unasur le entregarán el martes al gobierno las propuestas de diálogo que realizó la víspera la Mesa de la Unidad y posteriormente tendrán un encuentro con los opositores en un hotel capitalino. “A partir de allí podrá tenerse una visión más clara de si hay un encuentro o no lo hay”, agregó.
Desde que se inició la crisis en febrero Maduro ha insistido en propiciar un diálogo con los sectores adversos, a los que señala de estar promoviendo un golpe de Estado. Pero la oposición se ha negado a sentarse a conversar alegando que no hay condiciones debido a la “fuerte represión” de las protestas callejeras y los procesos judiciales y detenciones que han sufrido manifestantes y dirigentes opositores.
Venezuela se ha visto sacudida desde febrero por manifestaciones de universitarios y opositores, esencialmente de clase media, en contra de la desbordada inflación -que alcanzó en febrero una tasa anualizada de 57,3%-, el desabastecimiento de bienes básicos y el alto índice de delincuencia.
Los violentos incidentes registrados en Caracas y otras ciudades han dejado al menos 39 fallecidos, 608 heridos y unos 2.285 detenidos, de los cuales 192 permanecen arrestados y sujetos a procesos judiciales.
Una comisión de cancilleres de la Unasur visitó el 25 de marzo la capital venezolana para escuchar a las partes y tratar de lograr un acercamiento, pero no logró mayores avances.
“Las puertas de Miraflores (palacio de gobierno) están abiertas para esa reunión. Así que yo ya he aceptado los términos de la reunión… Estoy listo y además deseoso de sentarme cara a cara con los factores de la oposición con Unasur como testigo excepcional y echar a andar iniciativas de paz, de convivencia, de tolerancia”, dijo Maduro el lunes.
El mandatario planteó que estaba dispuesto a tener una “agenda libre” de conversaciones y que invitaría a la oposición a trabajar en planes de pacificación, inversiones y desarrollo económico.
Por su parte, la Mesa de la Unidad dijo el lunes en una carta que entregó al ministro de Asuntos Exteriores de Surinam, Winston Lackin, que para promover el diálogo “es necesario que el gobierno haga unos gestos de buena voluntad, no sólo para contribuir a aliviar los conflictos, cuya inflamación al contrario estimula, sino para abrir caminos creíbles de entendimiento”.
El bloque opositor dijo que una posible agenda de discusiones debería incluir la redacción de una ley de amnistía, la creación de una Comisión Nacional de la Verdad independiente, la renovación equilibrada de los poderes públicos y la desmovilización y desarme de los “grupos paramilitares y parapoliciales” acusados de simpatizar con el gobierno.
Algunas vías del este de la capital estaban bloqueadas el martes con barricadas mientras manifestantes protestaban en un sector del este de Caracas generando un fuerte congestionamiento de vehículos.