El campeón paralímpico sudafricano Oscar Pistorius, juzgado por el asesinato de su novia, Reeva Steenkamp, en febrero de 2013, fue llamado a declarar este lunes y empezó su testimonio pidiendo perdón, entre lágrimas, a la familia de la víctima.
«Quiero aprovechar esta oportunidad para pedir perdón al señor y la señora Steenkamp», dijo en una voz entrecortada por los sollozos y por momentos apenas audible que obligó a la jueza a pedirle que hablara con mayor claridad.
En el tribunal, la madre de Steenkamp, June, arropada por otros familiares, permaneció impasible.
Pistorius, quien afirma desde el principio que confundió a su novia con un ladrón dijo que «estaba tratando de proteger a Reeva. Quiero que la gente sepa que ella era una mujer amada cuando se fue a la cama esa noche», agregó.
La acusación afirma al contrario que el atleta mató a Reeva tras una violenta pelea.
«He tratado de poner las palabras sobre el papel para escribirles pero nunca habrá palabras suficientes», continuó el primer atleta paralímpico que participó en unos Juegos Olímpicos.
Era la primera vez que Pistorius se expresaba públicamente desde la muerte de su novia, ocurrida el 14 de febrero de 2013.
Desde entonces, dijo haber tenido «horribles pesadillas». «Me despierto durante la noche oliendo sangre», declaró.
También contó que desde esa noche del 2013 ha perdido mucho peso, toma pastillas para dormir y antidepresivos.
Tras cinco semanas de semanas de declaraciones de testigos llamados por la fiscalía, el lunes comenzó la presentación de los argumentos de la defensa.
Sin embargo, por la tarde, el tribunal decidió levantar la audiencia hasta el martes, a pedido de la defensa que arguyó que su cliente estaba «realmente agotado».
«Bueno, parece estar agotado, se escucha agotado», respondió la jueza Thokozile Masipa, refiriéndose a Pistorius.