Estados Unidos admitió este jueves que implementó un proyecto de red social alternativa en Cuba, utilizando teléfonos celulares, pero negó enfáticamente que se haya tratado de un programa secreto o de inteligencia.
El vocero de la Casa Blanca, Jay Carney, dijo que «fue un programa de desarrollo adoptado por la USAID. Y ese programa se completó en 2012.
Como saben, la USAID no es una agencia de inteligencia. Sugerencias de que éste era un programa secreto son erróneos». «No era un programa de inteligencia», repitió Carney, quien sin embargo dijo no conocer los detalles técnicos de cómo funcionaba el proyecto.
La existencia de ese programa había sido revelada durante la jornada por un reporte de una agencia noticiosa estadounidense, que sin embargo reforzaba el carácter reservado de la operación ya que eventualmente sería usada para divulgar contenido político contra el gobierno cubano.
La idea, dijo el vocero de la Casa Blanca, era «promover el libre flujo de información, promover la participación de ciudadanos, especialmente en sociedades que no son permisivas».
Los fondos utilizados en ese programa, llamado Zunzuneo, añadió, «fueron debatidos en el Congreso», y la oficina de auditoría interna del gobierno estadounidense «revisó el programa en 2013 y llegó a la conclusión que fue aplicado de acuerdo con las leyes» estadounidenses.
Por su parte, USAID, agencia estadounidense encargada de programas de desarrollo en diversos países, expresó en una nota oficial su satisfacción por ayudar a que «la información fluya más libremente para los cubanos».
«No es un secreto que en ambientes hostiles, los gobiernos toman medidas para proteger sus socios en el terreno», apuntó la nota de USAID.
La entidad apuntó que en la fase inicial la red enviaba informaciones sobre tecnología o resultados deportivos. «Más tarde, los cubanos podían comunicarse entre ellos, y estamos orgullosos de ello».
El propósito del «proyecto Zunzuneo era crear una plataforma para que los cubanos puedan hablar libremente entre ellos, punto», reportó USAID.
Un reporte de la agencia noticiosa Associated Press afirmó que el programa Zunzuneo debía permanecer oculto, y que un documento interno determinaba claramente que «no deberá haber absolutamente ninguna mención de la participación del gobierno de Estados Unidos».
Según Carney, si bien el programa no era secreto, era necesario mantener una «discreción apropiada», porque «un programa como éste y la asociación con el gobierno de Estados Unidos pueden crear problemas para los asociados y el público».
La implementación del programa coincidió con el arresto en Cuba en 2009 del contratista estadounidense Alan Gross, actualmente el principal obstáculo en las relaciones entre Washington y La Habana.