Abril comenzó con un nuevo episodio de protesta que culmina en violenta represión. En las urbanizaciones Los Cardones, Fundalara y Residencias del Este, se escenificaron enfrentamientos entre ciudadanos y efectivos militares. Los hechos matutinos dejaron un saldo de 14 heridos y dos detenidos.
Desde las 5:30 de la mañana un nutrido grupo de manifestantes se concentró en la inmediaciones del parque El Cardenalito, donde trancaron los accesos de la autopista Barquisimeto – Yaritagua a fin de manifestar su descontento ante la crisis política, económica y social en el país.
Poco después, arribó un componente de 30 efectivos y tres tanquetas de la Guardia Nacional Bolivariana, el cual obligó que los protestantes -en su mayoría jóvenes- se replegaran hasta quedar en tres frentes ubicados en la avenida 1 de Los Cardones, en la prolongación de la Calle Capanaparo y en la calle Orinoco de Fundalara.
Los enfrentamientos iniciaron a las 8:00 de la mañana, cuando efectivos militares arremetieron con perdigones y bombas lacrimógenas. Mientras tanto, los protestantes, protegidos con escudos improvisados de zinc y plástico, respondían a los ataques con piedras y elementos pirotécnicos caseros.
Sin embargo, la fuerza pública se quedó corta ante la magnitud del conflicto, por ello efectuaron su accionar desde tanquetas que circulaban continuamente en las zonas antes citadas.
A mitad de mañana, la zona quedó cubierta por una irritante humareda que afectó tanto a niños y personas de la tercera edad, quienes por seguridad salieron de sus hogares. Otros, quedaron resguardados dentro de sus casas, sintiendo temor por las estruendosas detonaciones.
“Los militares están lanzando bombas lacrimógenas en el interior del edificio. Hay niños y ancianos asfixiados. Realmente no respetan”, declaró Luisa Martínez, habitante del Edificio A de Los Manantiales.
“La onda represiva de la Guardia Nacional no respeta los conjuntos residenciales, donde hay muchas personas que son ajenas a la situación de conflicto. Toda la mañana hemos sentido los gases pimienta”, dijo la ciudadana Rocío Salcedo, de Fundalara.
Por otra parte, al mismo tiempo en que ocurrieron los hechos relatados, se produjeron enfrentamientos en la avenida Bracamonte a la altura de las Residencias del Este.
Colegio Pablo VI resultó afectado
La comunidad educativa del colegio Pablo VI, ubicado en la calle Orinoco de Fundalara, calificó de desmedida y desproporcionada la represión ejercida por efectivos militares, quienes lanzaron bombas lacrimógenas en las adyacencias de la institución. Tal acción afectó a cerca de 35 niños que se encontraban dentro del recinto.
La hermana Carolina Valderrama, directora de la institución católica, relató que “los infantes resultaron afectados directamente por los gases. Por tal motivo, fueron resguardados en un salón, donde recibieron atención médica por parte de vecinos que son médicos. Luego tocamos algunos piezas musicales para que no escucharan las fuertes detonaciones”.
“Considero que las acciones militares superan los límites, más aún cuando las proceden en las inmediaciones de residencias y planteles escolares. Hoy en día la pedagogía es más difícil, puesto que nuestros niños dibujan y comentan sobre tanquetas y efectivos militares”, reflexionó.
De los heridos por perdigón, el caso más grave fue el del joven David Martinella, quien recibió hasta cuatro perdigonazos en distintas zonas de su cuerpo. El equipo reporteril logró observar que un efectivo militar quedó herido por un impacto de una piedra en su pie.
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