La incorporación de una tercera tasa de cambio, conocida como Sicad II y que el lunes se ubicó en 49,80 bolívares por dólar (dos bolívares por debajo del monto inicial), es una iniciativa que va en la dirección correcta para mejorar la economía nacional y permite sincerar o acercar el precio al establecido en el sistema paralelo, al tiempo que permite reconocer la estructura de costos del sector privado.
“Con esta medida, el Gobierno de alguna forma atiende las sugerencias planteadas por los distintos sectores económicos y empresariales, y entiende que el sistema se debe a una economía de mercado y no a una economía controlada”, explica Noel Álvarez, expresidente de Fedecámaras y de Consecomercio.
A su juicio, si bien se trata de una ‘semiflexibilización’ que resulta positiva y se debe reconocer, el mercado de divisas sigue estando controlado por el Ejecutivo nacional, debido a las condiciones que existen para quien ingresa en la subasta.
“Se ha doblegado el ala más radical e ideológica del Gobierno. Esto era impensable en una economía controlada por Jorge Giordani, lo cual demuestra que existen personas pragmáticas en el Ejecutivo”.