Rusia retiró un batallón de la frontera con Ucrania el lunes y envió a su primer ministro a Crimea para hacer promesas de entregar fondos rápidamente a fin de mejorar la educación, la salud y la infraestructura en la península recientemente anexada.
Estados Unidos reaccionó con cautela al movimiento. El secretario de Defensa Chuck Hagel dijo que «decenas de miles» de soldados rusos todavía están a lo largo de la frontera ucraniana.
Un batallón está conformado por unos 500 soldados.
El nuevo gobierno en Ucrania dijo que la acción es por lo menos confusa, y posiblemente peligrosa.
«Tenemos información de que Rusia está realizando maniobras incomprensibles en la frontera con Ucrania», dijo el portavoz del Ministerio de Exteriores Yevgen Perebyinis. «Los soldados en algunos lugares están retrocediendo, mientras en otros están avanzando. Por lo cual, obviamente estamos preocupados por estos movimientos de fuerzas armadas. No tenemos explicación clara del lado ruso sobre la intención de estas maniobras».
Un batallón ruso que fue enviado a la región de Rostov cerca de Ucrania está siendo retirado a su base permanente en la región central de Samara, reportaron medios de comunicación rusos citando al Ministerio de Defensa.
El lunes durante una llamada telefónica, el presidente ruso Vladimir Putin dijo a la canciller alemana Angela Merkel que retiraría a algunos soldados.
En Washington, el Departamento de Estado expresó cautela.
Mientras, en Kiev el presidente interino de Ucrania rechazó tajantemente la presión de Moscú para que el país se vuelva una federación con regiones que gocen de mayor autonomía.
«El gobierno ruso debe lidiar con los problemas de la Federación Rusa, no con los de Ucrania», dijo Oleksandr Turchinov. «Son los ucranianos quienes deben dictar la nueva constitución y cómo está estructurado el país».