Los cuartos de final de la Liga de Campeones comienzan el martes con los partidos de ida Barcelona-Atlético Madrid y Manchester United-Bayern Múnich, en que catalanes y alemanes parten como favoritos.
Aunque sea un choque 100% español, el duelo entre los artistas del FC Barcelona y los combatientes del Atlético Madrid se anuncia como un choque de culturas el martes (18h45 GMT) en el Camp Nou.
Por un lado está el Atlético, líder de la liga, con la mejor defensa (22 goles recibidos en el campeonato español) con un colectivo compacto y un talentoso guardameta, el belga Thibaut Courtois.
En el otro está el Barça, segundo en la liga española, con el mejor ataque (89 goles marcados) con Lionel Messi o Neymar, alimentados por los reyes del último pase: Xavi Hernández, Andrés Iniesta, Cesc Fábregas.
Los catalanes intentarán hacerse con la posesión del balón para pasar a su séptima semifinal consecutiva, mientras que los madrileños buscarán el contragolpe para buscar su primera semifinal desde 1974.
«Me imagino un partido donde el Barcelona tendrá mucha posesión de balón e intentaremos crear más ocasiones que en los tres últimos partidos esta temporada. El Atlético es un rival muy incómodo, muy defensivo, sale muy bien a la contra», afirma Xavi.
Los dos equipos se han enfrentado tres veces esta temporada, registrándose tres empates: uno en la liga española a principios de enero (0-0) y dos en agosto en la Supercopa de España ganada por el Barça debido al gol marcado en campo contrario (1-1, 0-0).
Habrá un duelo de goleadores entre el barcelonista Leo Messi, 23 tantos en liga y 8 en Champions, más técnico, y el hispano-brasileño Diego Costa, 25 goles en Liga y 7 en Champions, un guerrero, un rey del contragolpe, potente y batallador.
Rivales el martes como técnicos, los entrenadores Gerardo ‘Tata’ Martino y Diego ‘Cholo’ Simeone ya lo fueron como jugadores en su Argentina natal. En 1988, Martino, entonces jugador de Newell’s Old Boys, fue expulsado en un partido por una entrada a Simeone, centrocampista de Vélez Sarsfield.
Por su parte, el Bayern Múnich retoma la defensa de su título europeo con la etiqueta de gran favorito, con el desplazamiento el martes a Old Trafford, feudo del Manchester United (18h45 GMT).
El equipo de Guardiola solo ha concedido una derrota esta temporada, en casa contra el Manchester City (2-3), cuando el billete para octavos de final ya estaba asegurado.
Su dominio recuerda al que ejerció el FC Barcelona cuando el club catalán estaba entrenado por Guardiola (2008 a 2012): misma obsesión por la posesión del balón y mismo sentimiento de ser casi imbatible.
El empate del fin de semana contra el Hoffenheim ha hecho que Arjen Robben haga sonar las alarmas. «Es una advertencia para el martes. Frente a un rival de gran calidad ofensiva, si no estamos concentrados y comenzamos a perder balones, seremos castigados», dijo el holandés.
Un golpe duro para el Bayern ha sido la lesión el sábado del hispano-brasileño Thiago Alcántara, que será baja entre seis y ocho semanas.
El Manchester United querrá inspirarse en la final de la Champions de 1999, cuando el equipo de Sir Alex Ferguson ganó el título al Bayern en Barcelona, tras ir perdiendo por 1-0 y marcando dos goles en el último suspiro.
Aunque Guardiola tiene tomada la medida al Manchester United al que ganó con el Barcelona las finales de Champions de 2009 y 2011.
Séptimo en la Premier, la Champions es la única esperanza para el Manchester United de ganar un trofeo esta temporada, la primera a las órdenes de David Moyes.
La ausencia de Robin Van Persie y sobre todo la incógnita defensiva debido a la lesión del brasileño Rafael y la suspensión del francés Patrice Evra no son buenos augurios para el Manchester United.