La Ley que Regula la Compra y Venta de Vehículos Nuevos y Usados, nacionales o importados, acentuó la crisis del sector que arrastra un bloqueo por la escasez de divisas, inventario limitado y fiscalizaciones estatales “desenfrenadas”.
Los concesionarios no tienen vehículos, pero sí listas de espera con centenares de personas que se registraron hace tres o cuatro años. Otros negocios eliminaron esa modalidad de inscripción, que alimenta las esperanzas de algunos, a causa de la no renovación de licencias para la importación de vehículos.
Tampoco esperan de la producción nacional, menos cuando ensambladoras de vehículos como Toyota y Chrysler anunciaron, el primer trimestre del año, el cese de operaciones por la falta de materia prima ante la escasez de divisas.
Empleados del sector automotriz advierten que en el 2014 empeorará la brecha entre la elevada oferta y la poca demanda.
En las ventas de automóviles usados también se redujeron las opciones. Pocos establecimientos ostentan de las decenas de automóviles en sus exteriores. El propietario de un negocio que pidió la reserva de su identidad, señaló que aguardan por un reglamento oficial que fije el margen de ganancias. Comentó que son visitados cada semana por fiscales del Indepabis que intentan cerciorarse del cumplimiento de la norma.
“Ni siquiera nos atrevemos a vender a consignación porque nos pueden sancionar, esto es una zozobra. El país está en emergencia”.
Los particulares no escapan de la realidad. Antes de poner sus carros en venta evalúan los costos de otros modelos con precios exorbitantes.
Hay carros japoneses del año 92 que tienen un valor superior 250.000 bolívares (más que un carro chino promedio a la venta en el programa estatal Venezuela Productiva Automotriz).
Un revendedor declaró que la especulación en el mercado secundario no tiene freno.
Las páginas web que ofrecen clasificados para automóviles prohibieron la publicación de precios luego de ser blanco del Gobierno. Sin embargo, a juicio del comerciante, esa medida no acaba con el alza de costos. Afirma que la especulación se acabará cuando la oferta aumente.
