Gabriela García, en la fracción 62, sobre el sector derecho de la cancha encaró a dos enemigas y, con par de regates salpicados de ganas, corazón y condiciones, las apartó, y luego, vista al frente como lo hacen los grandes del rectángulo, encontró la rendija entre el primer palo y la golera rival para marcar y, además del gol de la diferencia frente a Canadá (3-2), meter a Venezuela en la fase semifinal del Mundial de la categoría sub17 que se disputa en Costa Rica y señalar un “lejos, muy lejos” para cualquier seleccionado nacional en este tipo de citas.
Tras la conquista, el remanso hasta el lunes 31 cuando se enfrente a Japón que salió vencedor frente a México en choque correspondiente a los cuartos de final, con la oportunidad de volver a acrecentar la historia.
También, con el triunfo las venezolanas conservan su invicto después de las tres victorias en la fase de grupos ante Costa Rica (3-0), Zambia (4-0) e Italia (1-0) y encajan las dos primeras anotaciones luego de yerros inexplicables de la hasta ese momento sólida zaga vinotinto.
Antes del gol de García, su compatriota Deyna Castellanos, fiera en sus intervenciones, sobre el paso de las manecillas por la fracción 5, elevó al máximo las aspiraciones y la historia con el primer gol del choque.
Desde ese momento, en un fútbol sin calma, lleno de mucha ansiedad, las vinotinto cedieron espacios frente a las rivales, quienes, poco a poco, con un poco más de técnica tomaron la posesión de la esférica y las franjas criollas, especialmente por la derecha desde donde saltaron los avances que finalizaron en anotaciones, primero la de Sarah Kinzner (19) y luego la de Marie Levasseur (40) que ahogaban momentáneamente las esperanzas de las conducidas por el panameño Kenneth Szeremeta.
Venezuela, replegada en sus líneas, se dedicó a especular con el contragolpe, a sabiendas de las condiciones y capacidades de García y Castellanos, quienes, como gacelas saltaban desde cualquier sector hacia el arco rival, solo que, Rylee Foster les tomó el pulso y siempre se adelantó a sus ambiciones con pelota hacia los costados en claro y evidente bartoleo.
La principal virtud criolla se dio en que la reacción sobre el segundo gol canadiense fue casi inmediata, puntada que prácticamente marcó el destino del compromiso, porque en la segunda parte, las conducidas por Kenneth Zsemereta, hechos los ajustes necesarios, con mejor fútbol, con casi olvido del pelotazo, encimaron al rival hasta acosarlo en sus líneas para hacer cuajar la jugada de García, sin olvidar que el marcador pudo ser más abultado ante el desperdicio de oportunidades frente al arco.
Hay tareas pendientes como también muchas ganas y deseos de hacerlo mejor. Se avecinan rivales gruesos como Japón, que dispuso de México en cuartos de final, con una valla imbatida y la mejor delantera del evento con una envidiable cifra de 17 goles anotados en cuatro compromisos, es decir, un encuentro de mucho cartel y de agallas, garra y deseos, virtudes de las sólidas campeonas suramericanas.