Que no nos quede duda: quien está dando un golpe de Estado en cámara lenta es el propio gobierno pues hace todo lo posible para estimular la confrontación y cuando no hay guarimbas, las crea.
Eso explica el incesante ataque a manifestaciones pacíficas, a las urbanizaciones y por qué el gobierno no cede un ápice ante los reclamos de liberación de los detenidos, el llamado al dialogo… que se hace desde la oposición. La quema de instalaciones universitarias, de CDIs, los ataques a zonas residenciales con quemas de autos y muchos actos de destrucción claramente documentados, todos tienen el propósito de estimular aún más las protestas que ellos necesitan para justificar el paso a la dictadura abierta.
La aparentemente estúpida reacción del gobernador Vielma cuando los estudiantes se reunieron con él para pedir seguridad ante el intento de violación de una compañera, no tiene otra explicación. Al enviar a los estudiantes a la cárcel de Coro sabía que la respuesta seria la que efectivamente ocurrió. Ese hecho pudo haber sucedido en cualquier otra parte del país, pues el libreto ya estaba escrito para ponerlo en acción.
Ellos necesitan el control político total y absoluto del país para no responder ante la crisis económica que vivimos y que no pueden esconder sin recurrir al modelo represivo cubano que no resuelve el problema económico, pero mantiene a la población dominada, para que no se rebele.
La crisis económica se ha transformado en un profunda crisis política y ésta en una incipiente rebelión civil a la cual ellos han estimulado para sacarle ventajas: ella les ha permitido poner preso a Leopoldo López, defenestrar a los alcaldes opositores, plantear el allanamiento de la inmunidad a María Corina y la destitución de Capriles y a Falcón, no pagar las deudas internacionales, no resolver la escasez de productos esenciales, asustar con gas del bueno, cárcel, perdigones y balas letales a los muchachos. Parte esencial del plan es dejar a la prensa independiente sin papel para que no informe, obligar a la autocensura, tumbar el internet y bloquear las redes sociales.
Lo que vemos es el desmontaje del Estado de Derecho y la destrucción de todo lo que aún queda de constitucional. El continuo hostigamiento a la oposición se explica sólo por ese objetivo de ejercer el poder de modo absoluto y echarle la culpa a la oposición que sólo pide orden y eficiencia económica y que expliquen cómo han hecho para convertir los 15 años de bonanza petrolera en miseria. Por malos administradores que son, lo que está pasando sólo puede explicarse porque los ladrones no quieren rendir cuentas y eso requiere sellar cualquier fisura democrática.