Llegó la primera derrota y la opción quedó anulada, pulverizada. El fútbol venezolano es así, muy cruel, por su formato. Basta con un resbalón para despedirse de toda posibilidad. El Deportivo Lara venía de hilar un invicto en 10 jornadas y, aunque había perdido algunos puntos en casa, estaba metido en la pelea, pero recibió un golpe franco, letal, tras su derrota de la fecha anterior -torneo Clausura- frente al Carabobo (2-4).
Faltan seis partidos todavía del certamen y las matemáticas dan oportunidades, pero alzar el título es una empresa harto difícil, principalmente porque no depende de sí mismo el elenco local. Puede ganar los compromisos que le restan y no alcanzarle, porque, debe ligar tropiezos de los equipos que están arriba. El Lara está sexto en la tabla con 18 unidades, mientras que Trujillanos es líder inesperado con 23. Pero el principal opcionado al título parece ser Zamora, que está segundo con 22, con el detalle de que tiene dos partidos menos.
Vino a fallar la defensa crepuscular en el momento menos oportuno. Si algo había permitido al cuadro de Rafael Dudamel mantenerse en los primeros lugares del torneo era el sólido desempeño en retaguardia, zona en la que, hasta el domingo, había tenido salidas categóricas. Pero -para sorpresa de muchos- fue un mar de errores y desatenciones en el choque contra Carabobo. No hubo respuesta para controlar el ataque del equipo cabrialense. El juego aéreo hizo mucho daño.
El equilibrio de otras jornadas no apareció. Un equipo que atacaba con muchos hombres, pero no todos regresaban para cumplir el acto de solidaridad en la marca.
El rival, contundente como nunca, sacó provecho de cada una de las ocasiones y se llevó una victoria con un amplio marcador que ni siquiera el propio entrenador -Jhonny Ferreira- habría imaginado. Es que se enfrentaba uno de los equipos menos batidos con otro -Carabobo- que no había podido marcar con regularidad. Por eso la sorpresa del resultado.
Adiós, entonces, a la opción del título. Eso sí, no significa que el semestre sea un fracaso. A juzgar por los números, el conjunto rojinegro ha tenido un franco proceso de evolución, un cambio positivo de un torneo a otro, de la mano de Dudamel y su escuela del juego ordenado. Se puede salvar la temporada con el avance a una competencia internacional y la liguilla presuramericana es la vía para lograrlo. Esa instancia entrega dos pasajes a la segunda competición de clubes de la Conmebol y el cuadro larense está ahora mismo en los puestos de clasificación. Vale decir que por condiciones del campeonato, los elencos ubicados entre la quinta y la duodécima casilla tienen la oportunidad de jugarse esa par de pasajes en una liguilla que se disputa en mayo.
Toca seguir el camino, no aflojar, tratar de terminar de la mejor manera posible. La siguiente fecha le depara un duelo frente al Caracas FC, un equipo contra el que se ha formado una rivalidad de tal importancia que le da ribetes de clásico a la confrontación. Los tres puntos están entre ceja y ceja, no importa si la situación en la tabla no sea la ideal.